Montecarlo
En su disco debut, Montecarlo rescata lo mejor del pop y le imprime un sonido guitarrero que le sienta muy bien a su estilo.
Nacidos en plena crisis de 2002, Montecarlo se fue afianzando en todos estos años en base a numerosos shows y compartiendo escenarios con bandas como Babasónicos, Turf, Los Pericos e incluso dándose el lujo de tener como invitado en alguna ocasión a Charly García. En 2006 comienzan la grabación de su primer álbum que ve la luz recién dos años después y que cuenta con la producción de Tito Fargo (ex Redonditos de Ricota y actual Gran Martell).
En “Qué hay de nuevo, York?” el Chino Paino da inicio al tema con un bajo típico de pop-rock y que luego deriva en un estribillo al mejor estilo Estelares. Inmediatamente, “Fantástico bailable”, como su nombre lo indica, invita al baile y contradiciendo a Sergio Dalma afirman que “bailar pegados no es bailar”. En la misma sintonía se encuentra “El campión” que parece otorgar la clave del éxito para aquel que quiera lograr la fama, todo lo contrario a la historia de esa “Chica panamericana” cuya vida pasa por mil amores (aunque aún así logra conquistar al protagonista del tema).
“Puercoespín” es la mejor del disco con las guitarras de Juan Lavenás en plan ricotero y una exquisita base a cargo del Chino y el baterista Dud Richards. A su vez, la voz de Primo Pérez Corral alcanza su máxima expresividad relatando un episodio de amor traicionero. “La autopista” pasa rápida al igual que “Ella es azul” en un tándem light que incorpora como novedad un sintetizador disparando algunos arreglos.
En “Lemonchamp”, Montecarlo deja ver sus influencias inglesas y en “República” entregan una respetuosa balada dedicada a las víctimas y familiares de Cromañón. Es raro escuchar una letra en italiano pero la banda lo intenta con “Annegami” y su ritmo beatle que da paso a una estupenda versión de “Nos siguen pegando abajo” de Charly García en donde priman las guitarras comprimidas. Sobre el final, “Siempre voy a estar” cierra el álbum con un lento dominado por un piano que recuerda a “Isn´t it a pity” del George Harrison solista.
Por el lado del packaging y contrariamente a una suerte de moda de estos últimos años, en esta ocasión el librito interno contiene todas las letras y los correspondientes créditos del trabajo. Si bien el diseño es austero, con ilustraciones de los cuatro integrantes y colores primarios, esto alcanza para terminar de completar la obra.
En “Qué hay de nuevo, York?” el Chino Paino da inicio al tema con un bajo típico de pop-rock y que luego deriva en un estribillo al mejor estilo Estelares. Inmediatamente, “Fantástico bailable”, como su nombre lo indica, invita al baile y contradiciendo a Sergio Dalma afirman que “bailar pegados no es bailar”. En la misma sintonía se encuentra “El campión” que parece otorgar la clave del éxito para aquel que quiera lograr la fama, todo lo contrario a la historia de esa “Chica panamericana” cuya vida pasa por mil amores (aunque aún así logra conquistar al protagonista del tema).
“Puercoespín” es la mejor del disco con las guitarras de Juan Lavenás en plan ricotero y una exquisita base a cargo del Chino y el baterista Dud Richards. A su vez, la voz de Primo Pérez Corral alcanza su máxima expresividad relatando un episodio de amor traicionero. “La autopista” pasa rápida al igual que “Ella es azul” en un tándem light que incorpora como novedad un sintetizador disparando algunos arreglos.
En “Lemonchamp”, Montecarlo deja ver sus influencias inglesas y en “República” entregan una respetuosa balada dedicada a las víctimas y familiares de Cromañón. Es raro escuchar una letra en italiano pero la banda lo intenta con “Annegami” y su ritmo beatle que da paso a una estupenda versión de “Nos siguen pegando abajo” de Charly García en donde priman las guitarras comprimidas. Sobre el final, “Siempre voy a estar” cierra el álbum con un lento dominado por un piano que recuerda a “Isn´t it a pity” del George Harrison solista.
Por el lado del packaging y contrariamente a una suerte de moda de estos últimos años, en esta ocasión el librito interno contiene todas las letras y los correspondientes créditos del trabajo. Si bien el diseño es austero, con ilustraciones de los cuatro integrantes y colores primarios, esto alcanza para terminar de completar la obra.
Montecarlo ofrece un muy buen disco debut con once canciones propias y un cover que definen claramente la propuesta de la banda y respiran aire fresco gracias a un sonido que, si bien tiene influencias del pop-rock inglés, deja asentado el estilo del grupo.
Christian Alliana para www.elbondi.com