Veintisiete años pasaron desde el primer disco de Los Violadores a comienzos de los ochenta y varios cambios en la formación, con distintas separaciones y reuniones, hasta llegar a este presente en que el grupo se encuentra nuevamente consolidado. Bajo un sol feliz (2006) fue el álbum que volvió a ubicarlos OTRA VEZ en la escena musical, con buenas críticas en los medios, y un público numeroso que les permitió tocar en los principales festivales del país. Su última producción, Rey o Reina (2009), acentúa aún más este firme camino a través de trece temas que contienen el inconfundible sello violador.
“Bombas de gas”, compuesta a mediados de los ochenta, es la que abre el disco y comienza a marcar el rumbo general a fuerza de un sonido clásico, con guitarras filosas bien al frente y la voz de Pil Trafa como estandarte. “Rey o reina” encierra el espíritu de The Clash (homenajeados junto a Elvis desde el arte de tapa) en un tema controversial que critica duramente al gobierno K con un estribillo pegadizo difícil de olvidar: “de república a monarquía va, la reina Cristina”. En “Fashion revolución” describen, junto a Chizzo Nápoli de La Renga, la adaptación de la imagen del Che Guevara como una mera estampita sin ideología dentro del mercado capitalista.
“Operación no me olvides” es un muestrario histórico de la política argentina mientras en “El infierno puede esperar”, el Tucán Baruskas pudre su guitarra y entrega uno de los mejores temas del disco. El bajista Niño Khayatte se hace cargo de la voz en “La gran explosión” con aproximaciones al pop y en “No quiero ser igual a vos”, Martín Carrizo, productor del disco, toma las riendas del tambor de marcha. A partir de “Odisea espacial” y “La rouge et le noir” acentúan la veta punk a la que le adhieren potencia extrema como en “La zona fantasma”.
“Camino a Detroit” hubiera sido ideal para el pogo de lugares sudorosos como Cemento al tiempo que el “fuck off” de “El ojo avizor” será coreado en futuros shows por todo el público. El cierre llega con la circense “Gracias a Dios”, cantada por el baterista Niño Vall, que no es otra cosa que una satirización del caso del Padre Grassi con una música similar al clásico “Gracias al cielo” de Billy Bond y La Pesada.
En Rey o Reina, Los Violadores se muestran a la altura de su historia con buenos temas que, lecturas políticas al margen, los siguen confirmando como los mejores exponentes del punk en nuestro país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario