jueves, 9 de diciembre de 2010

Critica de disco Lumbre - El nido de los ojos y el oido (06-12-10)

El nido de los ojos y el oído

Lumbre presenta un disco experimental en el que combinan poesía y sonidos.

La historia de Lumbre comienza en el 2001 cuando se disuelve El Negro y su maquinita de afeitar y los mismos integrantes comienzan una nueva etapa bajo otro nombre y otro concepto. De esta manera, Oke, Christian Stella y Elvio Antonaccio editan en 2007 el primer disco, Bajo la avenida hay un río, mientras continúan con las presentaciones en vivo. Luego del alejamiento de Oke, ingresa Hernán Calvo Pardo y la banda queda definitivamente establecida para grabar su segundo álbum, El nido de los ojos y el oído, integrado por diez canciones de corte experimental.
A lo largo de la placa dominan los sonidos experimentales sobre los que la banda se acopla en algunos casos poniendo al frente la voz (“Mil poemas”) y en otros, saliendo adelante con guitarras eléctricas como en “Caminata virtual”. Aires lúgubres, influencias hindúes y hasta reminiscencias spinetteanas aparecen en “Pies maderosos”, “Día” y “Kamikaze” respectivamente. “El viento que pasa” es un instrumental que conecta bien con “Traigan un poco de amor” donde asoman tintes jazzeros.
Por su parte, las letras hablan tanto de cuestiones existenciales como de amor, y en “Homenaje a Tupac Amaru” se permiten recordar e invocar al gran luchador inca. La poesía es parte central de El nido de los ojos y el oído, ya que las palabras cumplen una función primordial en cada tema.

El segundo disco de Lumbre se caracteriza por explorar sonidos experimentales y por su poesía que convierten al álbum en una interesante extrañeza y abierta sólo a aquellos oyentes ávidos de material distinto, alejado de toda veta comercial.

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