Cuenta la historia que cuando Memphis La Blusera actuó como soporte de Eric Clapton, el inglés elogió al entonces guitarrista de la banda, Lucas Sedler, y lo recibió en su camarín. Salido de la cantera más genuina del blues, la de Miguel Vilanova, el joven acompañó al grupo de Adrián Otero por varios años hasta la disolución del mismo en 2007. En el camino, grabó dos discos solistas que tuvieron mediana repercusión y, ahora ya volcado a pleno a su proyecto, fue el turno de la presentación oficial de Remanso, su tercer trabajo.
A las nueve y media, ante un Velma Café bastante lleno, Lucas hizo su aparición para dar comienzo al show sólo con su dobro y una acústica versión de “Crossroads”. Para las jazzeras “Sueño de café” y “Georgia on my mind” se acopló toda la banda, en la que se destacaron Leandro Bulacio en piano, Pablo Grosman en guitarra rítmica y Luciano Peralta en contrabajo. Tras los agradecimientos de rigor, en los que se pudo observar a un Sedler bastante tímido, llegó el turno de “Valsecito para mi barrilete”, una tierna canción en la que el guitarrista aportó su voz de manera correcta pero que, sin embargo, es un punto que pide ser más explotado.
Una constante del concierto fueron los homenajes de Lucas a sus artistas más admirados. Así fueron pasando la instrumental “Albatross” de Fleetwood Mac y una excelente versión blusera de “Can´t buy me love” de los Beatles, en donde la gente acompañó con sus palmas. Luego de un exquisito boogie, “Persiana baja” trajo consigo un aire spinetteano con un expresivo sólo de viola que arrancó numerosos aplausos.
El intermedio encontró nuevamente al ex Memphis La Blusera sólo con su guitarra acústica para interpretar “Feel sad”, el primer tema que compuso en su adolescencia cuando todavía jugaba a ser Eric Clapton, según sus propias palabras. El ritmo en tiempo de jazz inició una brillante versión de “Desconfío” a la que se le pegó el funk de “Sólo vos sabés”.
Sobre el final, Miguel Vilanova se sumó a su ex alumno para brindar una magistral clase de blues de la mano de “Stormy Monday Blues” y “Tren de las 16” en donde las tres violas se fundieron en un duelo interminable. La bossa de “Over the rainbow” fue la antesala para que en “Every day” nuevamente Botafogo se acoplara en un cierre antológico.
En poco más de una hora y media, Lucas Sedler mostró su último trabajo ante un numeroso público que no dejó de apoyarlo en ningún momento. Haciendo gala de su virtuosismo, el ex Memphis pudo pasearse por el jazz, el boogie y el blues con mucha clase aún cuando su timidez por momentos hizo notar cierta incomodidad ante la responsabilidad de ser el frontman de la banda.
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