El Culto al Rock
La sexta jornada del Pepsi Music se destacó por la gran presentación de The Cult y la nueva propuesta de Las Pelotas.
Con un clima ideal y el sol calentando a pleno el Club Ciudad de Buenos Aires, el sexto día del festival más largo del año arrancó temprano en el tercer escenario denominado Sónica con las presentaciones de Caminante, Cabezamil y Ravioles, tres bandas casi desconocidas pero que aprovecharon la ocasión para mostrar lo suyo ante los madrugadores de siempre.
Por su lado, los muchachos de Zumbadores fueron los encargados de abrir el tablado principal y continuaron presentando su último disco, El Colibrí (2008). Curiosamente, unas horas después se trasladarían hasta la carpa Sónica para brindar un segundo show y cerrar las presentaciones del día en ese espacio ubicado en la isla que hay en el lago del Club Ciudad. Y cuando la tarde se iba despidiendo de a poco, Bulldog y Pampa Yakuza, con estilos diferentes, dejaron entrever por qué están llenando todos los lugares under en donde se presentan. Unos a base de punk y rock y los otros sostenidos por el ska y el reggae siguen pidiendo pista en las ligas mayores aunque la tarea todavía es trabajosa.
El escenario Claro, segundo en importancia por infraestructura, fue testigo también de la presentación de Hijos del Oeste, grupo con el cual Toti Iglesias pretende reemplazar a Jóvenes Pordioseros aunque la propuesta siga siendo la misma (incluso el logo de la banda que se mostraba por las pantallas de a ratos se convertía en el mismo que su anterior grupo). Tanto es así que los temas nuevos como “100% pordiosero” (próximo a incluirse en Estalla, el disco nuevo) casi no se distinguieron de canciones como “Cuando me muera” o “No la quiero dejar”, de su etapa pordiosera. Para el final, quedó el infaltable “Satisfaction” stone y la trepada de Toti por la estructura de la iluminación en una actitud made in Juanse.
Y justamente, los Ratones Paranoicos fueron los continuadores de la fiesta rollinga que pretendió generar Hijos del Oeste y a las seis de la tarde comenzaron a rocanrolear con “El vampiro” y “Sucio gas”. Si bien el sonido no fue el mejor, tantos años de experiencia hicieron que Juanse, Sarco, Roy y Pablo Memi (con bajo beatle incluido) sortearan las adversidades con gran cintura y regalaran buenas improvisaciones como en “Boogie”.
A pesar de que esta sexta jornada no gozó de una convocatoria masiva, bandas como Tierra de Fuego, Ovejas, Kyosko, Hereford y el ex Árbol, Edu Schmidt, lograron atraer una interesante cantidad de curiosos a la carpa Sónica. A su vez, el público se encontró con dos escenarios que no estaban anunciados: el Vans y el Roxy. En el primero, ubicado al lado de una pista de skate, actuaron grupos emparentados con ese estilo (Massacre no hubiera desentonado en ese sector) y en el segundo, la consigna era tributar a clásicos del hard rock como los Guns N’ Roses.
Pasados los turnos de Pier y de los hardcores alemanes de Beatsteaks sin grandes novedades, llegó el momento de la vuelta de Las Pelotas a un festival en Capital, ya sin el histórico Alejandro Sokol en la voz. Sin dudas, toda la atención estaba centrada en cómo resolverían esa ausencia el resto de los integrantes de la banda ya que quedarse sin su frontman principal no es algo sencillo. Y el resultado generó sensaciones disímiles: por un lado, la actuación fue muy sólida y de gran calidad y por el otro, la poca movilidad de Germán Daffunchio le restó interacción con la gente que siguió el show atentamente pero sin mayor entusiasmo.
Sin embargo, hubo perlitas que acompañaron una muy buena lista de temas que incluyó un adelanto de lo nuevo que se viene: el reggae “Que estés sonriendo”. “Perdedores hermosos”, del Luca Prodan en plan solista, sonó grandiosa junto al saxo de Roberto Pettinato, quien luego volvió para cerrar la noche con una versión semi acústica de “Mañana en el Abasto” y el poder característico de “El ojo blindado”. También hubo espacio para “La colina de la vida”, en una versión cargada de dramatismo.
El último acto fue para The Cult, que en una nueva visita al país, dio una clase magistral de hard rock con un Ian Asbury jugando mejor que nunca su papel de frontman provocativo (tiró varias panderetas al público y luchó todo el set contra un monitor en el cual se le enredaba el cable del micrófono). Pero ningún tipo de performance visual podría sostenerse sin grandes canciones y The Cult las tiene. Así sonaron clásicos como “Lil´ devil”, “Fire woman”, “Edie”, “Sweet soul sister” y “Dirty little rockstar” dedicada a Diego Maradona. Luego de algunas escaramuzas en el público por motivos no muy claros, el final fue bien rockero de la mano de “She sells sanctuary” que confirmó a los ingleses como una de las mejores bandas en su estilo.
En una de las jornadas más rockeras de todo el festival, el Pepsi Music 2008 tuvo en su sexto día grandes actuaciones de The Cult y Las Pelotas y mostró algunos buenos exponentes del under como Pampa Yakuza y los uruguayos de Hereford.
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