Vox Dei festejó su aniversario número 41 en el Teatro Coliseo y sacó a relucir su legendario rock.
En uno de sus clásicos festejos anuales, Vox Dei volvió al Teatro Coliseo para auto agasajarse por sus más de cuarenta años en la música y en dos horas recorrió parte de su repertorio clásico y también temas de su última producción independiente, “En el camino” (2005). Si bien al tratarse de una banda histórica uno puede pensar que el público sólo está compuesto por adultos nostálgicos, en este caso la realidad es otra ya que entre la audiencia, el sábado se encontraban numerosos jóvenes que ni siquiera habían nacido cuando el grupo pisó por primera vez un escenario en 1967.
El recital arrancó con “Tengo razones para seguir” y “Azúcar amarga” pero los problemas de sonido hacían estragos y tanto la banda como la gente se mostraban fastidiosas ante estas inclemencias. Para colmo, entre tema y tema se producían largos silencios en los que se colaba una radio zonal a través de los parlantes de la sala, aumentando así el malestar general. Sin embargo, a partir del quinto tema las cosas comenzaron a mejorar lentamente y la banda sacó a relucir todo su profesionalismo y sobre todo, su rock and roll clásico.
Así fueron pasando “Esta noche”, en donde el cantante y bajista Willy Quiroga mostró toda su técnica con un walking bien blusero, “Torcazas” y “No quiero dormir”. En “Tito” y “Carrera loca” el baterista Rubén Basoalto se hizo cargo del micrófono con su voz aguardentosa mientras que Carlos Gardellini comenzaba a sacarle chispas a su guitarra. La primera parte concluyó con viejos clásicos de “La Biblia”, uno de los discos fundamentales del rock argentino y clásico indiscutible del grupo, como “Libros sapienciales”, “Las guerras”, “Apocalipsis” y una increíble versión de “Génesis” que incluyó una extensísima zapada con aires setentistas.
Luego del intervalo, el recital continuó con “Jeremías, pies de plomo” y “Dr. Jeckill” en donde Vox Dei mostró su costado más pesado, ese que influenció a muchas bandas actuales, conocidas como La Renga o under como Pegaso. Pero “Sin separarnos más” también sirvió para conocer el lado sensible y poético de la banda antes de que suba el líder de Granja X, Simón Quiroga (hijo de Willy), para sentarse en la batería de “Extraña visita”. Y como no podía ser de otra manera, el final llegó con “Presente”, en donde la gente se unió en un gran coro.
A pesar del paso del tiempo y de las modas, grupos como Vox Dei no caducan y demuestran que aún en el año 2008 se puede mantener una propuesta con base en los setentas pero que busca continuamente actualizarse y no quedarse añorando el glorioso pasado.
Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotógrafo: Leandro Ciaffone
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