No es un extraño
Si dos años atrás alguien hubiera dicho que un recital de Charly García podía desarrollarse con total normalidad y con una alta calidad musical desde el escenario, seguramente nadie hubiera creído en esas palabras. Sin embargo, el proceso de recuperación de uno de los compositores más importantes de nuestro país ha ido evolucionando hasta este presente que lo muestra en buena forma y, sobre todo, dando espectáculos dignos de su trayectoria. Si bien el camino final hacia dicha recuperación es largo, los resultados hasta el momento muestran signos esperanzadores y el show del pasado sábado en Mar del Plata así lo demuestra.
En un Polideportivo que mostraba grandes claros en el campo (las entradas desde $150 pesos habrán sido bastante determinantes para esto), las luces se apagaron pasadas las diez y el telón virtual de la pantalla se corrió al ritmo de “El amor espera”. Con un buen sonido, la maquinaria García se puso en marcha rápidamente de la mano de un setlist que recorrió sus grandes creaciones a lo largo de los años pero que puso el foco básicamente en la década del ochenta. Así se escucharon temas como “Promesas sobre el bidet”, “Adela en el carrousel” y “Canción de 2x3” que respetaron los arreglos originales o “Fanky” y “El rap del exilio” que pusieron a todo el público a bailar.
La urbanidad de “No soy un extraño” se vio reflejada en las excelentes imágenes proyectadas, que fueron una constante a lo largo del show, mientras que “Cerca de la revolución” y “Demoliendo hoteles” sonaron potentes, ideales para que el Negro García López sacara a relucir su ferocidad rockera con su guitarra. “Yendo de la cama al living” sirvió de excusa para la presentación de la banda, integrada por los chilenos Carlos González en bajo, Toño Silva en batería y Kiuje Hayashida en guitarra, junto a un sobrio Zorrito Von Quintiero quien con sus teclados acompañó perfectamente la performance de Charly. Pero la que se llevó todos los aplausos fue Hilda Lizarazu, que se lució en la siempre emocionante “Chipi Chipi”, en la ochentosa “Nos siguen pegando abajo” y en “Pasajera en trance”. La actual pareja de David Lebón mostró una soberbia presencia escénica además de una técnica vocal que suplanta, y a veces hasta mejora, la aún frágil voz de García.
La segunda parte del concierto permitió que aparecieran más temas de la etapa Say No More como “Influencia” y “Tu vicio” aunque también presentó una aggiornada versión de “Símbolo de paz”, que incluyó una percusión a cargo de Kiuje Hayashida. “Estoy verde” y “No voy en tren” fueron las últimas antes de los bises que comenzaron con la prolija “Deberías saber por qué”. Una de las pocas veces que Charly se dirigió al público fue para recordar que él tuvo muchas bandas y que a una la comparaban con los Beatles y de esta forma presentó al gran invitado de la noche: Pedro Aznar. El eximio bajista se sumó en “Perro andaluz”, de Serú Girán” y en “Hablando a tu corazón” y terminó por ganarse una importante ovación de parte de todos los presentes. Ya cerca de la medianoche, la potencia de “No toquen” cerró el espectáculo dejando a todos conformes.
En su primer concierto del año en nuestro país, Charly García brindó un gran show, con canciones inoxidables, una banda súper ajustada y una notable mejoría física que indudablemente repercutió para que las dos horas de concierto transcurrieran sin altibajos.
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