Solo con el amor
Gustavo Cordera presentó su disco solista en el teatro Gran Rex y mostró su nuevo rumbo alejado de los excesos bersuiteros.Lo primero que llamó la atención fue el vestuario elegido por el cantante, que combinó una camisa roja con un pañuelo del mismo color cubriendo su histórica pelada, como queriendo demostrar con ese detalle gitanesco que lo que vendría no tendría ningún tipo de relación con su etapa pasada. Y así fue ya que el comienzo con “Aprendí a esquivar”, “Me la juego a morir” y “Tan cerca, cerca” fue una buena muestra de este presente en el que el confeso hincha de Lanús se acerca más a la senda melódica y se aleja de la fiesta eterna que proponía su ex grupo.
“Pensé que iba a recibir una reprimenda por lo que hice” fueron las primeras palabras de un tímido Cordera, casi desconocido, que inmediatamente después agradeció al público por acompañarlo en esta nueva etapa. El interesante aire brasilero de “Aprendió a volar” se unió a la pesadumbre de “Ansiedad de buscar”, de lo mejor de la noche, a las que le siguieron “Volatil” y “Almas armadas”, continuando así el segmento más tranquilo del show en el que la gente se predispuso a escuchar atentamente casi sin emitir comentarios luego de cada tema. En el bolero “Mensajera”, el guitarrista Marcelo Predacino se lució con un gran solo y demostró por qué es uno de los sesionistas más requeridos por parte de los solistas argentinos (también integra la banda de Iván Noble) aunque también hubo lugar para que las coristas Daniela González, Cecilia Sbarbati y Stella Céspedes se ganen los aplausos con su labor en “Confío”.
El formato acústico ganó lugar a mitad del recital cuando todos los músicos se sentaron para interpretar “No hay monstruos invencibles”, con la hija de Cordera acompañando a su padre en la voz, y los primeros recuerdos de Bersuit, de la mano de “El viento trae una copla” y “Madre hay una sola”. El cantautor uruguayo Federico Lima colaboró en una reversión más movediza de “Mi caramelo” mientras que los inéditos “La lluvia” y “Huguito en retirada”, fueron un anticipo del futuro del pelado.
Sobre el cierre, la sobria escenografía roja mutó en una ambientación propia de carnaval, con guirnaldas incluidas, y la cumbia se apoderó de la escena con un delirio fiestero de varios minutos en el que el ex líder de la banda de los pijamas, arengó a los presentes para que bailen y levanten las manos al compás de la música. Este momento y la versión cuartetera de “Sencillamente” fueron el principal linkeo del cantante con su pasado y por momentos el Gran Rex se convirtió en una gran bailanta. Sin embargo, el verdadero final llegó cuando la gente comenzó a retirarse y se encontró con la sorpresa de que todos los músicos se encontraban en el balcón del hall de entrada cantando a capella y tocando una versión acústica de la cumbia que habían interpretado minutos atrás. Obviamente este gesto fue retribuido con una gran ovación y coronó la noche del debut solista.
Al igual que Iván Noble, Gustavo Cordera dejó atrás su pasado y se sumergió en una exploración más íntima y cancionera que tuvo su primer bautismo de fuego el pasado jueves en el teatro Gran Rex. Con nuevo look y la acústica al hombro, el ex cantante de Bersuit mostró los temas de Suelto, su primer disco solista, e inauguró esta etapa acompañado de grandes músicos y con una buena respuesta del público.
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