Cantando se alegran los corazones
Con más de quince años sobre sus espaldas, los Karamelo Santo han sabido posicionarse durante todo este tiempo como una de las bandas más sólidas de nuestro país y tienen el privilegio de ser uno de los pocos grupos argentinos que pueden realizar giras por el extranjero. Todos estos pergaminos fueron revalidados el viernes en
La Trastienda ante un público que, debido al inusual horario (¡20hs puntual!) del comienzo del show, recién logró aclimatar el lugar a partir de la segunda parte del concierto.
La primera mitad del recital estuvo marcada por un formato acústico, como vienen realizando en algunas presentaciones por el Gran Buenos Aires, en el que los músicos tocan en su mayoría sentados. De esta manera se pudo apreciar con claridad esa mezcla latina entre la cumbia, el ska y el reggae que es una marca característica de Karamelo y que tuvo sus mejores exponentes en la versión salsera de “La picadura” y la pegadiza “Yo a tu casa no voy”. También hubo lugar para dos covers en plan reggae: “It must be love” de Madness y la preciosa “Kingston town” de UB40 antes de que llegue el receso y los mendocinos le cedan el lugar a los chilenos de Drakos.
Los trasandinos, que se encuentran grabando nuevo disco en el estudio de Karamelo, aparecieron en escena de manera tímida, casi pidiendo permiso, pero con el correr de su set se fueron afianzando hasta terminar desplegando una energía contagiosa que tuvo al público como aliado. “Hospital borracho” y “Diputados” fueron pequeñas muestras del ska frenético y los aires latinos que practican los chilenos y que los hermana con la banda mendocina.
Apenas terminado el turno de Drakos, los Karamelo Santo regresaron, ya sin sillas y con mucho más público en el recinto, y dieron rienda suelta a su habitual fiesta y despliegue escénico. La cumbia triste de “Que no digan nunca” dio el puntapié inicial para esta segunda parte y se enganchó a “Vivo en una isla” antes de la excelente versión de “What a wonderful world”. El reggae siguió con “Barajas”, un bonito tema en el que se intercalaron estrofas de “Get up, stand up” de Marley y “Los cangrejos” en donde la gente tuvo un rol protagónico cantando varios pasajes.
El final fue una andanada de hits, con los vientos luciéndose en “Papa Noah”, la guitarra rockera de Goy Ogalde descargando su electricidad en “Fruta Amarga”, con fragmentos de “Kaya” de Sumo, y “Tomate un vino” intercalada con “Mamina”, en donde la banda hizo sentar en el piso a todo el público. “La kulebra del amor” puso a algunas parejas a bailar hasta que en “Han matado un niño” el escenario se pobló de gente que terminó vivando a su grupo favorito.
Luego de la edición de su disco en vivo, El baile oficial, Karamelo Santo se presentó en La Trastienda para brindar un show de gran calidad en el que la banda se mostró muy aceitada y regaló dos horas de pura energía.
Christian Alliana para www.elbondi.comFotógrafo: Anabella Reggiani
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