En tiempos donde la industria discográfica se encuentra en una crisis prácticamente interminable, es difícil contar con la posibilidad de editar un disco. Sin embargo, la cantante Uschi ha tenido el privilegio de que, en un viaje a Miami, un cazatalentos se fijara en ella y la invitara a Canadá para comenzar así su trayectoria en el mundo de la música. Con un par de años en el ambiente, la joven ha logrado aportar su voz como sesionista en distintos discos que fusionan la bossa nova con la música electrónica y se ha
presentado en lugares importantes de la escena porteña como La Trastienda y el festival Personal Fest.
Finalmente, en este 2009 ha logrado plasmar sus propias composiciones en su álbum debut bajo la producción de Sebastián Bazán, quien ha trabajado con Manuel Wirtz, y la presencia de distintos músicos de sesión como el baterista Fernando Martínez (ex Luis Salinas) y Javier Weintraub, reconocido violinista que se ha destacado acompañando en los últimos tiempos a Catupecu Machu.
Desde la tapa, en la que Uschi aparece sentada mirando al lente de la cámara con una inocencia propia de juventud, uno advierte que las canciones estarán impregnadas de ese aura angelical y suave. Y todas estas presunciones se confirman apenas se aprieta play y comienza a sonar “Corazón de baccarat” en el que la voz aniñada de la cantante, que será una constante a lo largo del disco, gana protagonismo sobre una base pop de pura estirpe comercial. Las letras de amor (y desamor) recorren todos los tracks como una temática fija que en algunos casos mezclan guitarras distorsionadas con pianos a lo Elton John (“Aunque no estés acá”) y aires flamencos con sonidos modernos (“Mi sol”).
El medio tiempo de “Si te hago llorar” profundiza aún más la letra mientras que “Me quedo de pie” da lugar a una tierna balada en la que asoma una tímida guitarra con wah wah. Sin embargo, también hay espacio para los sonidos rockeros de “¿Qué querés cambiar?” y el groove funky de “Tengo” sumado al ritmo alegrón de “Vos y yo” que logran así un respiro entre tanta melodía pop.
Sobre el final, Javier Weintraub aporta sus violines en “Renacer” y el espíritu de Alanis Morisette se apodera de Uschi para cantar “Adicta a vos” sobre las guitarras acústicas que también predominan en “Laberinto de cristal”.
En su primer disco con composiciones propias, la joven Uschi asienta sus canciones en un pop con sonido cien por ciento radial y se muestra acompañada de grandes músicos de sesión.
Christian Alliana para www.elbondi.com
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