jueves, 29 de mayo de 2008

Kapanga - Estadio Luna Park (17-05-08)

Crecieron

Kapanga llegó al Luna Park para presentar oficialmente su último disco, “Crece”. El Bondi se sumó a la fiesta y en esta crónica vas a leer todo lo que pasó el sábado.

Más de diez años tuvieron que pasar para que Kapanga arribara al Estadio Luna Park y la llegada no podría haber salido mejor. Cerca de las nueve y media de la noche, las luces se apagaron y el público kapanguero comenzó la fiesta que se extendería durante todo el show. Muchos globos, papelitos y gente disfrazada de conejo (junto al infaltable hombre araña) pusieron el colorido en el Palacio de los Deportes.

El comienzo fue a “Contramano”, con el Mono Fabio (voz) recorriendo todo el escenario pero el llamado a “Ramón” hizo efecto enseguida para que se desatara el primer pogo seguido del cuarteto express de “Mesa 4”. A continuación unos simpáticos enanos desplegaron una alfombra para dar paso a los primeros invitados de la noche, los Karamelo Santo, que subieron a “Fumar” junto a los anfitriones y aportaron toda su adrenalina.

En “Para vos”, Maikel se hizo cargo del micrófono pero ésa no sería su única intervención como frontman. A lo largo del show, el virtuoso guitarrista fue la cara principal de canciones muy diversas como la bella “Me voy yendo” (con Alejandro Nagy en guitarra acústica) y hasta se animó con un solo de viola que fue reverenciado por sus propios compañeros. Realmente sorprende la labor del hombre de rastas ya que en muchas ocasiones pareciera que Kapanga cuenta con dos guitarristas en lugar de uno sólo debido a la técnica y el poderío que le imprime Miguel a los temas.

Sin dudas, hubo una sección que fue muy festejada por el público y se trató de los “enganchados”. En primer lugar, sonaron las melodías cuarteteras de la mano de “Elvis”, “Maté a mi madre”, “Extraño” y “Desesperado” lo cual desató el baile generalizado en el campo y las tribunas del Luna. El otro compilado que se escuchó estuvo compuesto por el costado más punk del grupo: “El cuento de los tres kovannys”, “Labios” y “Go”.

Tratándose de una fecha tan importante, los viejos kapangueros tuvieron la oportunidad de recordar algunos viejos temas que la banda no suele tocar en vivo como “El loco”, “Mujeres”, “Amor secreto”, “Agujita de oro” y “Amor de mañana”. A esta altura el recinto de Corrientes y Bouchard era literalmente un hervidero, el calor humano hacía transpirar las paredes pero esto poco le importaba al público que seguía con su particular fiesta. El Mono no se cansó de agradecer a la gente y recordarles que en gran parte Kapanga había llegado hasta ahí por ellos.

Por el lado de los invitados, además de los mencionados Karamelo Santo, se subieron a cantar Fernando Ruiz Díaz (Catupecu Machu) en “El Universal”, Cristian Algañaraz en “Rock” y Pablo Romero (Árbol) en “La taberna” que tuvo el pogo más grande de la velada. Sin embargo, el momento más emotivo se vivió cuando el ex bajista de la banda, Marcelo “Balde” Espósito, sumó su voz en “Una nube” llevándose así una gran ovación que duró varios minutos. Todos los invitados se llevaron una copa como souvenir de su participación en el concierto.

Si hay algo que caracteriza a los quilmeños es que son dueños de una versatilidad única que les permite ser los jodones del evento como en “La Karavana” y también ponerse serios como en “Postal” e “Indultados”. El final del show llegó con viejos clásicos ineludibles como “Cecator el borracho”, “Me mata” y el infaltable “Mono relojero”.

Instaurado como “el día de la lealtad kapanguera”, el 17 de mayo quedará en el recuerdo de todos los que estuvieron presentes en el Luna Park como la jornada en que Kapanga cumplió uno de sus sueños. Porque nada es casualidad en la vida y el lleno total del Palacio de los Deportes significó un premio al esfuerzo de la banda.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotógrafo: Beto Landoni

Critica de Disco - Demoliciones (Antonio Birabent) (12-05-08)

Demoliciones

Antonio Birabent regresa con un disco plagado de ciudadanía y de historias cotidianas que versan sobre mujeres, amores y música.

Nada mejor que la autogestión y la independencia para que un cantautor se exprese en su máximo estado. Antonio Birabent parece haber entendido esto hace ya diez años cuando se embarcó en la cruzada libertaria que lo encuentra editando sus propios discos y dándole rienda suelta a su arte sin restricciones ni presiones comerciales. “Demoliciones” representa un nuevo paso en su vida musical regalando sentimiento en cada una de las doce canciones que componen el álbum.

El tema inicial, que le da nombre al disco, arranca con un sonido bien guitarrero que acerca a Birabent a su costado más rockero y continúa en “Guitarras rotas” donde la viola adquiere un protagonismo aún mayor. Le siguen “El fuego que está por venir” que invita a la tranquilidad y “El sueño de la ciudad” que brilla por su capacidad descriptiva para pintarnos un atardecer cualquiera previo a una tormenta. En este punto es en donde la pluma de Antonio resplandece y lo eleva a la categoría de verdadero poeta, condición heredada magníficamente de Moris, su padre.

A medida que pasan los tracks, uno va descubriendo nuevos sonidos que se entremezclan con la dulzura de las guitarras acústicas y eléctricas que priman a lo largo del álbum. Es así como los teclados imprimen arreglos sutiles, los cellos provocan esa calma digna de un abrazo maternal y el trombón regala la especidad característica de los vientos. Incluso existen toques bluseros como en “Barrenando”, la mejor del disco, y aires jazzeros en “Cecilia”, una oda a la compañera de vida del cantante, que sirve como separador.

“Demoliciones” tiene la particularidad de ser una obra cien por ciento ciudadana, de principio a fin respira el aire denso de la ciudad en plena actividad pero también la tranquilidad de la siesta que divide al día. Por propias vivencias de Birabent, es imposible no imaginarse que las historias contadas suceden en algún lugar de tres metrópolis que lo acogieron a lo largo de su vida: Buenos Aires, Madrid o Montevideo. Pero la mayor curiosidad está planteada por el hecho de sentir que si bien todas las canciones parecen adquirir su súmun al ser escuchadas en medio de edificios, el álbum en su conjunto tiene un costado subliminal que le da al oyente la posibilidad de poner play en un pueblo silencioso y alejado sin que por esto se pierda en lo más mínimo la esencia del material.

Ya sobre el final, “Puñaladas de espera” retoma el pulso rockero, con el bajo de Alejandro Carrillo sonando bien grave, la batería de Luciano Casanova repiqueteando sobre el tambor y la guitarra de Roberto Garcilazo desgarrándose en un solo inigualable. En contraste, el cierre llega pasivamente con “Viejo barrio”, un tangazo sin ser tango, es decir, una letra propia del 2x4 pero con una música más cercana al free jazz. Sin dudas, EL cierre para el disco.

En su décimo trabajo de estudio, Antonio Birabent, se pasea maduro por el estilo cancionero, con toques rockeros, y con letras que respiran ciudad una y otra vez para dar como resultado un disco íntimo y sentido que podría servir perfectamente de espejo para futuras generaciones de cantautores.

Christian Alliana para www.elbondi.com



Revista El Bondi Número 2 - Abril 2008

Segundo número de la Revista El Bondi. Tirada de 7000 ejemplares a todo color con el ya clásico super poster central.
Christian Alliana colaboró con las siguientes notas:
-Cobertura Cosquin Rock 2008
-Critica de disco "La Guapa" (La Guapa).
-Critica de disco "Juego de espejos" (Madreselva).
-Critica de disco "Grietas" (Cielorazzo).

Critica de Disco - 1000 sentidos (Las Mil de Zafiro) (29-04-08)

1000 Sentidos

Las Mil de Zafiro y un debut a pura melodía radial.

Muchas veces se dice que lo bueno no siempre tiene que ser complejo, que la efectividad está en la simpleza. Cuando uno escucha “1000 sentidos”, el disco debut de Las Mil de Zafiro, pareciera que esa premisa se cumple de principio a fin ya que el álbum está plagado de melodías amables que seguramente tendrán su espacio en las radios locales (sobre todo en la de puro rock nacional).

“Desde acá” y “Frena tu inconciencia” son los tracks de menor duración y los que tienen destino de hit. En ambos, el formato pop/canción se hace presente por medio de guitarras acústicas y rítmicas muy bien llevadas que permiten tararear la letra como si uno conociera el tema desde siempre. Claro que no todo es menear la cabeza alegremente y así es que a lo largo del álbum van surgiendo otros leves matices como la baladita rockerita “Como sufre nuestra mente” que tiene aires de oscuridad al comienzo para después respirar con la voz de Ariel Martín.

En “Detrás de mí”, el cantante se hace cargo del teclado en un lento claramente destinado al set íntimo de los shows. El rock aparece en “La canción al oído” con el bajo de Leandro Díaz Lasserre haciendo un buen solo y la viola de Hugo Basualdo metiendo punteos por aquí y allá. En este plan también se encuentra “Avenida de la oscuridad” con algunos cortes bien power y programaciones en segundo plano. Como cierre queda el cover de Fito Páez, “Soy un hippie”, en una versión libre que roza el funk gracias al wah wah de la guitarra y el groove del bajo.

Dentro de un packaging prolijo y delicado, uno encuentra con un póster de la banda que contiene las letras del disco al dorso. Y a propósito de las mismas, si bien no son rebuscadas ni mucho menos, logran encajar perfectamente y cuentan historias que van desde el amor (“Primavera”) hasta la realidad social (“Avenida de la oscuridad”).

Las Mil de Zafiro tienen en “1000 sentidos” un buen material que promete alta rotación radial en base a temas impregnados del más puro rock-pop cancionero.

Christian Alliana para www.elbondi.com

Critica de Disco - Juego de Espejos (Madreselva) (22-04-08)

Juegos de Espejos

Luego de un disco en vivo, Madreselva debuta en estudio de la mejor manera.

Con diez años de trayectoria sobre sus espaldas, los Madreselva demuestran en su disco debut por qué son tan nombrados en el under. Es que seguramente más de una vez habrás visto carteles con el nombre de la banda y te habrá entrado la duda por saber qué ofrecían. Con “Juego de espejos”, el grupo despeja cualquier incógnita a fuerza de rock y letras exquisitas con arreglos sutiles y precisos.

La mayoría de las canciones destilan sufrimiento y angustia pero dejando siempre una luz de esperanza. A la cabeza de este estilo están la balada “Calles vacías”, en donde se lucen los violines y la interpretación desgarrada del cantante Demián Casaubon, y “Cancioncita triste en Cm” que huele a tango gracias al bandoneón que acentúa aún más el dolor reflejado en la letra. Sin embargo, no todo es desconsuelo en el mundo de Madreselva ya que hay ciertos destellos del mejor rocandome al estilo piojoso como en “¿Dónde quedó la ciudad?” y un medio tiempo, “Camas amarillas”, en donde la armónica de Damián De Gennaro pide pista junto a los acertados punteos de la guitarra comandada por Sebastián Capelli.

“Juego de espejos” nos lleva de paseo por varios estilos, alternando melodías suaves con violas potentes y saxos fuertes como en “Días extraños”. Cada sonido está cuidadosamente ubicado y aporta exactamente lo que el tema pide; desde la gaita en “Aristipo” hasta la trompeta del genial Hugo Lobo en “Voces”. El “Changuito” Farías Gómez se luce en la percusión junto al baterista Hernán Sáez en esa especie de homenaje a la tormenta más famosa, la de “Santa Rosa” (¿habrá llegado la hora del rock meteorológico?).

Como epílogo queda “Viejo Sol”, que representa el momento más íntimo del disco, sobre todo cuando se suma la voz femenina de Karen Landa, casi como un susurro al oído del oyente. Nuevamente, la letra se lleva gran parte de la atención y tal como se lee en el librito interno, se dejan ver las influencias de escritores como Charles Dickens o Walt Whitman. Al mejor estilo lírico de Palo Pandolfo, en el debut de Madreselva, cada palabra está donde tiene que estar y la libertad se respira en cada texto.

Excelente poesía y buena música es lo que otorga “Juego de espejos” convirtiendo a Madreselva en una de las grandes esperanzas del under. El futuro nos revelará si la banda logra posicionarse en el lugar que este primer disco les hace merecer.

Christian Alliana para www.elbondi.com

New York Dolls - Teatro Roxy Colegiales (17-04-08)

Las mejores muñecas de la vidriera

New York Dolls pisó suelo argentino por primera vez y dio dos shows tremendos en el Teatro Roxy de Colegiales. El Bondi fue a la segunda función y presenció una verdadera fiesta de rock and roll.

Dicen que las cosas que se hacen esperar, cuando llegan tienen otro gustito y vaya que es así. Sino pregúntenle a las mil y pico de personas que llenaron el Teatro Colegiales el pasado viernes para presenciar el show de los New York Dolls. Nadie quiso perderse este acontecimiento y muchos músicos se dieron una vuelta por Colegiales: Cristian Aldana, Sergio Rotman, Leo De Cecco, el Zorrito Von Quintiero y Wallas de Massacre, quien subió a cantar Pet Sematary de los Ramones junto a los Coverheads que oficiaron de banda soporte.

Pasadas las diez de la noche, los norteamericanos aparecieron en escena y arrancaron el recital con “Babylon” seguida de “Puss n´ boots”. Para “We´re all in love” el cantante David Johansen peló la armónica dando rienda suelta a un gran rock and roll que tuvo un final con la gente aplaudiendo al ritmo de la batería de Brian Delaney. Así fue el comienzo, bien arriba, con la banda sonando aplastante, arrasando todo a su paso.

En “Piece of my Heart” y la balada “Plenty of music”, los muchachos bajaron los decibeles demostrando que también pueden ser muy dulces cuando se lo proponen. Abajo del escenario se seguían coreando todos los temas con la misma efusividad que al principio y todo el glamour y el cuidado estético de buena parte del público parecía perderse en el pogo que se desataba por momentos.

Hay que aclarar que en esta visita de los New York Dolls la formación sólo cuenta con dos integrantes originales: el guitarrista Sylvain Sylvain y el frontman David Johansen. Éste último, poseedor de un gran carisma y de una apariencia física que mezcla la sensualidad (y la bocaza) de Mick Jagger con el hermetismo y la actitud punk de Joey Ramone. Claro que para cualquier desprevenido, estas palabras le harían imaginar a un vulgar imitador de esos dos líderes del rock pero lo cierto es que Johansen fue casi un espejo para Jagger y para Joey ya que los Dolls influenciaron a gran parte de sus contemporáneos. Tildados de proto-punks y exponentes del glam rock, los oriundos de Nueva York fueron pioneros en su estilo y aunque en su corta trayectoria (antes de esta vuelta producida en 2004) sólo grabaron dos discos, su legado marcó a las generaciones posteriores.

Pero volviendo al show en suelo argento, se puede afirmar que el quinteto destiló potencia en base a las dos guitarras y a las buenas canciones que fueron creciendo a medida que pasaba el tiempo. Ya casi sobre el final, se destacaron el rockazo “Pills” junto a las ultra festejadas “Trash” y “Jet boy”. El cierre llegó de la mano de “Personality Crisis” y “Gotta get away from Tommy” para que la fiesta fuera completa.

Luego de treinta años de espera, los New York Dolls llegaron a la Argentina y dejaron en claro por qué fueron la influencia de bandas como Ramones, Guns N’ Roses y Motley Crue. ¿Qué más se puede agregar al respecto? Nada, sólo resta agradecer.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotógrafo: Beto Landoni

Indio Solari - Anfiteatro de Jesús María, Córdoba (12-04-08)

El puerco más rico

El Indio Solari presentó “Porco Rex” en Jesús María para el deleite de cuarenta mil espectadores.

Durante toda la tarde del sábado la ciudad donde se realiza el Festival de Doma y Folklore fue recibiendo cordialmente a los miles de ricoteros que se iban acercando. La previa se vivió en calma con la mayoría de la gente apostada sobre las vías del tren cantando temas de Los Redondos como en las viejas épocas. A pesar de que, como dice una legendaria frase, “lo único posible para entender, es participar”, esta crónica intentará brindarles una idea de lo que pasó en Jesús María este fin de semana.

Pasadas las nueve y veinte de la noche, las luces del Anfiteatro “José Hernández” se apagaron y una música al mejor estilo superhéroe sirvió de introducción para dar paso al riff de “Pedía siempre temas en la radio”. “¿Cómo están? Tanto tiempo” dijo el Indio Solari y enseguida dio pie a “Ramas desnudas”, que sonó hipnótica y bella con el aporte del slide en la guitarra para que luego desde las pantallas, ubicadas atrás de la batería, las imágenes brillantes y psicodélicas de los puercos adornaran los “Martinis y Tafiroles”.

Iban sólo tres temas y la temperatura ya empezaba a subir gracias al calor de los cuerpos y el agite de todos los presentes. Claro que cuando comenzaron los primeros acordes de “La hija del fletero” la algarabía fue aún mayor y las primeras lágrimas comenzaron a caer desde los fanáticos más viejos hasta los más jóvenes que no tuvieron la oportunidad de vivir las misas redondas. “Y mientras tanto el sol se muere” y “Tarea fina” cerraron el trío de canciones de amor a pesar de que el sonido recién se estaba poniendo a la altura de las circunstancias. “Un ángel para tu soledad” fue la encargada de cerrar la primera etapa y marcar el intervalo.

Luego de un breve descanso, el Indio y su banda, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, retornaron al escenario con “Nike es la cultura” pero promediando el tema, Solari dio la orden de pararlo ya que una zapatilla había impactado en su cuerpo. Encabronado, el ex cantante de Patricio Rey desafió a quien le arrojó el proyectil pero el incidente no pasó a mayores aunque muchos memoriosos recordaron un hecho similar ocurrido en el último show de Los Redondos en Córdoba, allá por el 2001.

Pasado el altercado, no se retomó el tema interrumpido y la banda pasó a “Sopa de lágrimas” cuya letra tiene una frase contundente: “¿Podré olvidarte? o me acordaré toda la vida de vos…”. Un punto negativo fue la pasividad y el silencio del Indio ante la aparición de bengalas y pirotecnia dentro del anfiteatro. Así como decidió parar un tema por un zapatillazo, es casi inentendible que el show no se haya detenido a pesar de las bengalas, teniendo en cuenta que las palabras de Solari son tenidas en cuenta por miles y miles de personas.

Pero volviendo a lo estrictamente musical, la mayor sorpresa de la noche llegó de la mano de dos temas redondos e impensados que exaltaron a todos: “Ella debe estar tan linda” y “Me matan limón”. Si bien la banda que acompaña al Indio se luce mucho más en las canciones de los discos solistas, los recuerdos ricoteros sonaron aceptables aunque es imposible no pensar en la ausencia de la viola de Skay cuyo estilo le imprime un sonido único e inigualable a la mística ricotera.

Para el final quedaron los últimos vestigios de “Porco rex”: “Vuelo a Sydney”, “¿Por qué será que no me quiere Dios?”, con un simpático pasito de baile del calvo cantante y “Flight 956” que fue la más festejada de las nuevas. Claro que todavía quedaba algo más del espíritu de Patricio Rey para cerrar la noche y así fue que llegaron “Nueva Roma”, “Juguetes perdidos” (una de las mayores obras de arte de la Historia de la música), una versión bastante cool de “El infierno está encantador esta noche” y, obviamente, el gran himno ricotero “Jí jí jí” que nuevamente provocó el pogo más grande del mundo.

Luego de dos años sin presentarse en vivo, el Indio Solari volvió con todo a los escenarios e hizo vibrar durante dos horas a todo el Anfiteatro de Jesús María. Se lucieron los temas de su último disco solista y el recuerdo de Los Redondos dijo presente en más de una oportunidad. Como punto negativo se puede señalar la falta de pantallas a los costados del escenario que impidió ver con claridad lo que pasaba en escena y la aparición aislada (pero aparición al fin) de algunas bengalas. Puntos a tener en cuenta para el próximo 5 de julio cuando el Indio desembarque en Tandil y la fiesta ricotera se traslade a la provincia de Buenos Aires.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotógrafo: Beto Landoni

Critica de Disco - Grietas (Cielorazzo) (08-04-08)

Grietas

Aires de cambio para el nuevo trabajo de Cielorazzo.

Luego de varios años en el circuito, la banda rosarina ya se ganó un lugar dentro del rock argentino y en su cuarto disco comienza a vislumbrar un viraje en su rumbo musical. Parecería que con “Grietas” quisieran dejar atrás su costado más rioplatense y quedarse solamente con su parte más rockera.

Ya desde la portada, que muestra un cielo grisáceo que se posa sobre el puerto y que se ve desde una ventana rota, Cielo Razzo está dando señales de lo que uno encontrará adentro. Incluso en el booklet, no es casualidad que predomine el color negro que, mezclado con ilustraciones y algunas imágenes de los integrantes del grupo, dan a entender que el contenido está lejos de ser festivo. Las letras, más reflexivas que nunca, ayudan a pensar que la banda optó por mirarse adentro y expresar cierto dolor en su canto: “vamos a la profundidad, puedo entender que ahí tu magia es sólida” (“Algen”); “ya dejo atrás el karma que ronda mi corazón y Dios se funde en este dolor” (“Satiretalised”).

Con un sonido claramente más oscuro que en etapas anteriores, los Cielo Razzo entregan en este álbum trece canciones introspectivas con un estilo muy similar entre sí por lo que cuesta encontrar un tema que logre romper la monotonía en la que cae por momentos el disco. No hay estribillos para que coreen las multitudes, no hay hits y la percusión, que hacía bailar a más de uno, está casi ausente. Bueno, no es casualidad que a partir del 2008, los rosarinos no cuenten más con Juan Pablo Bruno, su percusionista.

Por el lado de la voz, Pablo Pino, tiene un registro muy marcado que a veces le juega en contra a la hora de buscar una nueva manera de interpretar las canciones. Sin embargo, en “Grietas” la banda suena muy sólida, con algunas fantasías desde la viola de Diego Almirón, pero que encuentra el mayor acierto en el protagonismo que adquiere el teclado en manos de Marcelo Vizarri luciéndose sobre todo en “De caer” (por cierto el mejor tema del disco).

El que no arriesga, no gana y ese parece ser el lema de la banda en esta etapa. Sin embargo, todo nuevo desafío trae consigo más dudas que certezas y eso es lo que evidencia este material que abre una incógnita con respecto al futuro musical de Cielo Razzo. ¿Adiós definitivo al rocandombe?

Christian Alliana para www.elbondi.com

Festival Quilmes Rock Día 1 - Estadio River Plate (30-03-08)

Música: Ozzy Osbourne “como un nene” en Argentina

Ozzy Osbourne volvió a la Argentina para la locura de sus numerosos fans que desde hace unos meses esperaban ansiosos la llegada del “principe de las tinieblas”. Es que se sabe que el hombre de Birmingham es parte de la historia grande del rock y su presencia no pasa desapercibida en ningún lugar del mundo. Con 59 años encima, el ex cantante de Black Sabath todavía da pelea arriba del escenario y en esta nueva visita a nuestro país se despachó con grandes clásicos como “War pigs” y “Paranoid”.
Sin dudas uno de los grandes atractivos de Ozzy es su carisma y esto quedó demostrado desde el inicio del show cuando las pantallas de video mostraron a un Ozzbourne en su faceta actoral haciendo memorables pasos de comedia. Pero lo más importante estaba por el lado musical y así lo entendió la banda que rockeó de principio a fin como nunca y paseó todo su profesionalismo en temas como “I don’t want to stop”, “Bark at the moon” y “Mr. Crowley” que contó con una tenebrosa introducción a cargo del tecladista para que luego el guitarrista Zakk Wylde desgarrara su viola con un larguísimo (y por momentos aburrido) solo. Sin embargo, el líder de Black Label Society también cosechó numerosos aplausos.
El Quilmes Rock cerró su primer día con un buen marco de público y con la presencia de un pionero del hard rock mundial. Ozzy Osbourne estuvo a la altura de su leyenda y dejó bien en claro que su fama no sólo se debe a morder murciélagos o a ser partícipe de escandalosos reality shows.

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Escribió para JUMP2 Sports & Lifestyle Magazine (www.jumpdos.com.ar): Christian Alliana

Festival Quilmes Rock Día 1 - Estadio River Plate (30-03-08)

Música: Korn está vivo

Minutos antes de las nueve de la noche, se apagaron las luces del estadio y con una introducción épica hizo su aparición en escena Korn. Las pistas grabadas con voces líricas le dieron la bienvenida a la banda oriunda de California (USA) y ya desde el comienzo los comandados por el carismático Jonathan Davis se hicieron sentir con toda su potencia.
“Right now” fue el primer tema en sonar y los fanáticos que esperaron al grupo durante varios años comenzaron a delirar con cada golpe de batería y las cabezas se movieron de un lado al otro con el ritmo del metal. Por su parte, el guitarrista James “Munky” Shaffer dio cátedra de versatilidad demostrando su talento tanto para pudrir y distorsionar su viola como para puntear arreglos muy sutiles. Desde los graves, Fieldy le dio vida a su bajo con precisión y mucha potencia mientras el tecladista Zac Baird hacía lo suyo sin sobresalir pero con delicadeza. Sobresalieron las versiones de “Coming undone” en donde se colaron estrofas de “We will rock you” de Queen y “Here to stay” en donde Davis se dio el gusto de tocar la gaita un rato.
Allá por 1997 se ganaron los elogios de la prensa por su disco “Follow the leader” y luego cuando parecía que el grupo había caído en un letargo irremontable, en 2006 se despacharon con un unplugged para MTV que los volvió a posicionar en el centro de la escena. Su desembarco en el Estadio de River estuvo enmarcado en la gira de presentación de su último trabajo llamado “Untitled” y durante los setenta y cinco minutos que duró el recital, Korn demostró por qué fue considerada a fines de los noventa como “la” banda de ñü metal por excelencia. La espera valió la pena y el público argentino, más que agradecido.

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Escribió para JUMP2 Sports & Lifestyle Magazine (www.jumpdos.com.ar): Christian Alliana

Smitten - Teatro Roxy Colegiales (28-03-08)

Punk, melodías y algo más

Smitten se presentó en El Teatro de Colegiales y dio a conocer temas nuevos que integrarán su próxima placa.

Noche de viernes en el barrio de Colegiales y el vientito se hacía sentir en las afueras del recuperado Teatro. Es que ahora que el Roxy volvió a su lugar de origen en los Arcos del Sol en Palermo, las cosas están nuevamente nombradas como corresponden y para dar el puntapié inicial a esta etapa, los Smitten fueron los encargados de sacudir el viejo escenario.

Un rato antes de que suban los muchachos del Oeste, tres grupos se encargaron de que la espera sea un poco más llevadera: Ánima triple, Solaris y los uruguayos de Silicon Fly. Luego, pasadas las nueve y media de la noche, la banda integrada por Paulo “Chuk” Funes (voz y guitarra rítmica), Patricio “Patrick Steve” Castelao (voz y guitarra líder), Diego “El Kolo” Taccone (teclados y coros), Pablo “Chicho” Ciccollalo (bajo) y Emiliano “Mili” Pilaria (batería) se hizo presente y comenzó a desparramar sus melodías con ritmos punk a toda velocidad, casi sin respiro.

El comienzo fue una seguidilla que incluyó “Crazy song”, “Excusas” y “Tu sonrisa”. El teclado adquirió mayor protagonismo en “Mi voz”, que fue de lo más pesado de la noche, mientras la gente abajo agitaba constantemente y coreaba todos los temas. A la cabeza de las más cantadas estuvieron “Grandes sueños” (con un arranque bien potente de parte del bajo y la batería) y “Dame”. Cabe destacar a “Sin saber” como lo mejor del recital ya que de la mano de su mixtura de reggae con punk rock logró romper un poco el estilo de la banda y mostrar una faceta diferente.

Los afiches promocionales vendían al show como el último en Capital antes de la salida del próximo disco y así fue. Aprovechando la ocasión, Smitten adelantó varios temas que fueron atentamente escuchados por el público quien dio su aprobación con numerosos aplausos. Fueron cuatro canciones: la melancólica “No me van a entender” y “Punk oscuro tentación”, en donde el encargado de las voces fue Patrick Steve, y “De locura y mentol” que junto a “Qué dolor nada para mí” tuvieron como cantante principal a Chuk.

Sobre el final también hubo lugar para “Desconfío”, el cover de Norberto Napolitano que la banda grabó para el disco “Pappo versionado” (2006) y que les permitió lograr algo más de difusión e incluso firmar contrato con una discográfica multinacional. Luego del recuerdo del ex Riff, la noche fue coronada con los bises que incluyeron “Sólo faltas vos”, “The fashion” y “Problemas”.

Ante una buena cantidad de público, Smitten repasó su discografía y presentó varios temas nuevos para que la gente vaya teniendo una idea de lo que será su próximo disco que saldrá en mayo.

Christian Alliana para www.elbondi.com

Critica de Disco - La Guapa (La Guapa) (18-03-08)

Cosa De Locos

El segundo trabajo de La Guapa muestra a los muchachos con el rocanrol subido a la cabeza.

Qué difícil se ha vuelto el género rocanrolero en nuestro país que cada vez cuesta más distinguir una banda de otra. Es que el escucha de un álbum debe prestar más que atención para descubrir alguna novedad entre tanto grupo similar.

Con el nuevo disco de La Guapa pasa eso, es complicado encontrar una nueva propuesta porque la banda abraza el rocanrol de principio a fin y deja poco espacio para la sorpresa. Sin embargo, no se podrá decir que los temas están mal tocados o que el álbum suena mal sino todo lo contrario ya que la mano del productor Daniel Yaria (integrante de los Yaria Brothers) es evidente.

Durante los doce tracks que integran “Cosa de locos” se pueden encontrar desde temas con mayor predominio de las guitarras como “Cosas sin sentido” y “Todo el tiempo” hasta las típicas baladas como “Esas noches” en donde la inclusión de la armónica le da un tinte más melancólico al asunto. Lo mejor del disco llega cuando coquetean con el pop en “Sangraré” o sacan a relucir el costado cancionero como en “Hombres que vuelan”.

Lamentablemente, lo más flojo se encuentra por el lado de las letras, en donde se habla de historias de barrio en las que se alternan la primera y la tercera persona para describir situaciones marginales (“Cosa de locos”) o de drogas (“Te pega el bajón”). Así se van acumulando durante todo el disco frases muy livianas como “nunca voy a olvidar esas noches que fumamos escuchando los Stones” o “nena quiero que me digas o voy a enloquecer / basta ya no te hagas rogar / si sé que te gusta empezar por atrás”. Y ante tal situación muchas veces la parte musical del asunto se pierde y queda desaprovechada por caer en la lírica facilista que caracteriza a buena parte del denominado “rock barrial” y que en este caso encuentra a uno de sus nuevos exponentes.

“Cosa de locos” es un disco que parece quedar encerrado en su propio género por propia decisión de la banda. Lo que se dice un álbum de sólo rocanrol que será disfrutado casi en exclusividad por la tribu stone y nada más.

Christian Alliana para www.elbondi.com

Blues Motel - La Trastienda (15-03-08)

Es un circulo de rock

Blues Motel hizo doblete en La Trastienda: el jueves fue el turno de los menores de edad y la trasnoche del viernes quedó reservada para los mayores de 18. El Bondi presenció este último show y acá tenés toda la data sobre lo ocurrido.

En el año 2006 una banda de zona Norte se decidió a patear las estructuras del rock and roll y editó tres discos en un período de seis meses. Nada de compilados ni registros en vivo, no, la apuesta fue fuerte y el material estuvo compuesto por temas completamente nuevos. No existen antecedentes de semejante atrevimiento y Blues Motel llevó a fondo la cuestión girando por Capital y el Gran Buenos Aires en incontables ocasiones para mostrar su arriesgada jugada. Dos años después de esa trilogía, el grupo ya está cerrando esa etapa pero no se olvida de su público, al que convocó en dos fechas en La Trastienda.

“Mira mis dientes” dio el puntapié inicial en el recital del viernes con una base bien blusera en donde se lució la armónica del cantante Gaba Díaz quien luego agitó la pandereta para dar comienzo a “Tu máscara”. Un poco de country llegó con la eléctrica “Voy subiendo”, que a esta altura es un clásico e incluso parece superar a la versión acústica que grabaron en estudio.

El primer lento se escuchó con “Salto al barro” en donde el teclado de Sebastián Voyajtides le imprimió una delicadeza admirable a un temazo de “Desde el árbol” (2006). En una demostración más de que Blues Motel no es sólo una banda con influencias de los Rolling Stones, “El nómade” tuvo sus momentos floydianos, dignos de la mística de Waters y compañía, que fueron reconocidos por el público por intermedio de numerosos aplausos.

Luego de este comienzo tranquilo, promediando el séptimo tema la temperatura empezó a subir gracias a una catarata de rocanroles que levantaron el agite de la gente. Así fueron pasando “Es un círculo”, “Mira como estás” y “Está bien” pero la mayor sorpresa llegó cuando se subieron a escena Facundo Soto (voz) y Gonzalo (guitarra acústica) de Guasones para dos clásicos de la primera época: “Me podrías levantar” y “Rock and roll en la carretera”. Sin dudas, este hecho significó un merecido reconocimiento para Blues Motel de parte de aquéllos que crecieron escuchándolos y que hoy tienen una banda con mayor éxito comercial que los de Zona Norte.

Acto seguido, se hizo escuchar el “reggae cuyano” de “No hace falta”, con la participación del Chino Sena en trompeta, y el guitarrista Adrián Herrera puso su voz en “Ahí”, una de las mejores canciones de la noche. “Ángel”, “Dame magia” y “Blues Motel” (con Facundo Soto nuevamente en el escenario) formaron un trío a puro rock que hizo mover a todos los presentes en La Trastienda.

El final se fue acercando primero con “Como un perro” y “Con vos”, en donde el violero Nacho Piedrabuena (cada vez más parecido físicamente a Jim Morrison) y el bajista Ariel Herrera junto al baterista Rafael Gildenberger sostuvieron rítmicamente al resto del grupo. Ahora sí, todo concluía al fin con la bella “La mañana después” y el cover stone “Child of the moon” que se enganchó con el riff ultracoreado de “Brujos”.

Blues Motel se presentó como ya es costumbre en La Trastienda ante una buena cantidad de público para ir despidiéndose de los tres discos editados en 2006 y focalizarse en la grabación de un nuevo álbum presto a salir en la segunda mitad del año. Como siempre, la banda brindó un excelente recital que no defraudó a nadie.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotógrafo: Beto Landoni

Entrevista a Motorloco (12-03-08)

“Motor Loco es un punto medio entre Viejas Locas y Riff”

Con siete años en la ruta, Motor Loco todavía está peleándola en el under. El Bondi se reunión con su líder, Fabián “Fachi” Crea, y el ex Viejas Locas nos contó en qué anda la banda.

En un día de muy pero muy lluvioso y cuando pocos apostaban a que el Fachi llegara al lugar de encuentro debido al intenso temporal que azotaba Buenos Aires, el bajista logró sortear las inclemencias del tiempo y se sentó a charlar sobre el grupo que lidera desde el 2001. Con buena predisposición y más charlatán que de costumbre, Fabián Crea (según su documento de identidad) tocó todos los temas y hasta se animó a hablar de Intoxicados.

-Fachi, contanos cuál es la actualidad del grupo.
Por el momento, seguimos presentando “Consumiendo basura” (2006) que es nuestro último trabajo. Lo que pasa es que cuando terminamos de grabarlo, se movió un poco la formación, cambiamos el batero y eso atrasó un poco el proceso de presentación por lo que el disco no está muy pateado en la calle, se tocó poco aunque ya empezamos a tirar temas nuevos que se van filtrando con todo el repertorio de Motor.

-Hace un par de años que te hiciste cargo de cantar: ¿Ya te sentís afianzado en eso o disfrutás más el hecho de tocar?
Estoy afianzado pero yo no me siento cantante. Aunque también creo que en Motor Loco el cantante tengo que ser yo porque antes cuando estaba el Tata (hermano de Fachi y primer cantante de la banda) todos me decían que cante yo. Por eso cuando el loco, por cuestiones laborales, no pudo seguir en este tren, por naturaleza pasé al frente yo y ahora la verdad que me siento cómodo. Está bueno porque por ahí cuando tenés un cantante, termina el tema, pensás algo para decir y no podés hacerlo porque no da sobrepasar al cantante. Pero también es cierto que para un bajista, poder cantar y tocar no es fácil, la tenés que tener muy clara o tenés que tocar un poco más lineal porque sino se te hace un quilombo en la cabeza.

Luego de estar girando por la Costa como bajista de Bernard Fowler (corista de los Rolling Stones), Fachi volvió a Buenos Aires para ensayar lo que será la presentación de Motorloco en el Teatrito el sábado 15 de Marzo. Consultado por El Bondi sobre cómo ve a su banda luego de siete años y tres discos, el ex Viejas Locas dio su opinión sobre lo costoso que es empezar de nuevo en el under y tener que estar en el medio de una dicotomía generada por el público.

-Vos estuviste en una banda que tenía éxito y de repente tuviste que volver a comenzar. ¿Qué trabas encontrás en el camino para que Motor Loco pueda tener más difusión?
Mirá, yo creo que la banda dentro del under es una de las que mejor suena pero a veces pienso que tocamos un tipo de rock que ya pasó de moda. Yo lo veo como un punto medio entre Viejas Locas y Riff, ni tan pesado como Riff ni tan liviano o comercial como era Viejas Locas, pero eso por ahí a fines de los ochenta o principios de los noventa iba como piña. En cambio ahora al rock lo veo muy cancionero y como que nos falta un yeite comercial que sumado al hecho de no tener compañía discográfica se hace todo más a paso de hormiga. Creo que estamos un poco a contramano de cómo es la movida ahora pero musicalmente creo que la propuesta está buena y tenemos un público que oscila las quinientas personas. Lo que pasa es que nos falta acomodar unos escalones para trascender las mil personas porque cuando llegás a eso es re fácil llegar a las cuatro mil o cinco mil personas. Y creo que eso te lo da una compañía discográfica o te tienen que pasar cosas tipo “fenómenos”, como por ejemplo, Los Gardeles que al morir Korneta explotan o el caso de Ojos Locos que estuvo en la tragedia de Cromañón junto a Callejeros y después de eso explotaron.

-¿Pensás que ese salto no se puede dar por fuera de las compañías?
Sí se puede dar pero hay casos específicos y Motor al no ser tan comercial es como que le falta encontrar algo que todavía no puedo descifrar. Pero también es cierto que cuando te sentás a charlar con las discográficas, lo primero que te preguntan es cuántas entradas cortás, no les importa como sonás o si sos bueno. Además, para la industria yo ya estoy viejo y apuestan a una banda de un pibe de veinte años que pueda tener por delante otros veinte años de carrera y yo ya tengo treinta y seis pirulos y encima estoy volviendo a empezar por lo que todas esas cosas se te hacen cuesta arriba.

-A su vez se los enfrenta con Intoxicados…
Creo que este país es medio Boca-River todo el tiempo y por ahí Motorloco sin comerla ni beberla se come el garrón de tener que estar en la vereda de enfrente de Intoxicados porque viste como es esto, que si te gusta una banda, no te puede gustar la otra y todo eso para mí es una boludez. Entonces si vos te metés en la página ves eso, que el público se bardea y eso es un garrón, una idiotez porque las propuestas musicales son distintas. Intoxicados está haciendo otras cosas y encima yo escucho los discos y para mí están buenos. Pero esas cosas ya están fuera de mi alcance por más que yo baje línea para que no se dé esa división.

-Hablando de separaciones, ustedes tocaron muchas veces con Jóvenes Pordioseros y este verano ellos se separaron en una situación poco clara como pasó en su momento con Viejas Locas. ¿Qué opinás al respecto?
Pienso que todos tropezamos con la misma piedra, que somos unos boludos pero yo no les puedo decir a los Jóvenes que son unos boludos porque a mí me pasó lo mismo. A veces el negocio te come y falta comunicación y por ahí en una banda se suma gente y esa gente en vez de sumar, divide. No sé si es específicamente lo que les paso a ellos pero a nosotros sí…éramos una banda de cinco músicos con cinco o diez personas alrededor que todos los jueves íbamos a cenar, a ver bandas, a zapar en el Samovar o en el Codo y cuando se empezó a sumar gente, se perdió eso y se dividió el asunto.
En el caso de Jóvenes Pordioseros, la verdad que es una pena porque yo a los pibes los conozco, tengo onda y es un garrón porque ahora tienen que empezar todo de vuelta. Por ahí Toti tiene más suerte porque es el cantante y es un poco más fácil pero a los otros pibes les va a re costar. Si yo hubiera sabido, si hubiera tenido la oportunidad de hablar con ellos, les hubiera aconsejado que lo piensen porque siempre hay un punto en común, hay algo que te llevo a estar ahí que es la música. Es fácil decir ya fue, yo también a veces pienso lo que hicimos nosotros en su momento y si hubiera tenido un poco de madurez, por ahí no me hubiera separado, hubiera pensado en lo que nos costó llegar hasta donde estábamos y hubiera tratado de salvar la situación, de no pudrirla.

Reflexivo y recordando un poco el pasado, Fachi se despidió de El Bondi dejando la impresión de que aún habiendo cometido errores, lo que lo mantiene vivo y peléandola es su amor a la música y las ganas de progresar con su arte.

Christian Alliana para www.elbondi.com

Los Gardelitos - El Teatro Flores (08-03-08)

Sensibilidad Barrial

Los Gardelitos llenaron dos veces El Teatro de Flores demostrando por qué son una de las mejores bandas nacionales. El Bondi estuvo presente el sábado y te cuenta todo lo que pasó.

Para cualquier banda que sólo tenga editados tres discos de estudio y el último haya salido hace ya cuatro años, sería difícil sostener una trayectoria sobre los escenarios sin que esto genere un natural desgaste. Sin embargo, cuando el repertorio está compuesto por buenos temas, la situación es diferente y con Los Gardelitos pasa eso, sus shows se sustentan gracias a las grandes canciones del desaparecido Korneta Suárez.

El sábado pasado la banda liderada desde hace ya algunos años por el cantante y guitarrista Eli Suárez volvió a El Teatro luego de dos años y repasó todos sus discos. El puntapié inicial llegó con la versión rápida de “Cobarde para amar” a la cual se le pegaron “Comandante Marcos” y “Anabel” en donde la gente cantó las estrofas finales a puro pulmón. Ni siquiera el calor que hacía dentro del recinto pudo detener el incesable movimiento del público que no paró de agitar en toda la noche.

En esta ocasión no hubo escenografía y el trío integrado por Horacio y Martín Aloe (en batería y bajo respectivamente), además del mencionado Eli, quedó al desnudo sin otro ropaje que el de sus instrumentos. Y a decir verdad, a sus seguidores esto poco les importó ya que al sonar temas como “Máquinas viejas” o “Envuelto en llamas” nadie reparó en otra cosa que no sea la banda y su música.

El recuerdo de Korneta estuvo presente durante toda la noche por medio de cantitos y banderas. Es que al fundador gardeliano nadie lo olvida y muchos se animan a imaginarlo en el cielo tocando con Pappo para los pibes de Cromañón. Pero más allá de estas hipótesis, lo cierto es que sus canciones siguen demostrando la gran sensibilidad que tenía el padre de Eli y que lo llevaron a ser un gran letrista, algo que quedó demostrado el sábado en interpretaciones como “Nadie cree en mi canción”, que a esta altura ya es un himno.

Desafortunadamente, Los Gardelitos nunca fueron tenidos muy en cuenta por las radios a la hora de rotar sus temas aunque allá por fines de la década del noventa “Llamame” logró tener cierta difusión. El sábado en Flores volvió a sonar ese reggae y seguramente muchos recordaron aquellas épocas de asiduas actuaciones en Cemento presentando sus primeros discos: “Gardeliando” (1998) y “Fiesta Sudaka” (1999). Claro está que eran otros tiempos y la banda actualmente está mucho más profesionalizada y cuenta con un nivel de convocatoria aún mayor.

Los rocanroles no podían estar ausentes y para calmar la sed del público fueron pasando primero, esa oda a las seis cuerdas que es “Amando a mi guitarra” y luego la irónica “Novelas mexicanas”. Aunque también hubo espacio para la reflexión en “Hay que enterrarlos vivos” (recordando a los desaparecidos) y en “Los querandíes” (en este caso rememorando a los pueblos originarios de estas tierras). Pero si hablamos de pensamientos profundos, muchos seguramente habrán puesto su cabeza en la difícil situación que vivió América del Sur hace pocos días cuando sonó el tema homónimo.

Para el final quedaron “Estamos podridos”, que contó con un pogo descomunal, la triste historia de “Monoblock”, “Gardeliando” y “La calle es un espejo” para cerrar una noche calurosa de puro rock.

Los Gardelitos volvieron a Flores y brindaron un excelente show con los temas de siempre. Si todo sale tal cual se espera, este año la banda se meterá en estudios a registrar su cuarto trabajo además del prometido DVD. Mientras tanto y para los que se quedaron afuera este fin de semana, el 21 y 22 de Marzo tienen una nueva oportunidad de acercarse a El Teatro.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotógrafo: Beto Landoni

Deep Purple - Estadio Luna Park (26-02-08)

Rock Profundo

Deep Purple volvió a la Argentina y reventó el Luna Park a puro rock. El Bondi fue testigo y te cuenta todo lo que pasó y lo que seguramente pasara el domingo 2 de marzo.

Puede ser que en el rock ya se haya inventado todo y que no quede nada por descubrir pero si esto fuera cierto como consuelo quedaría seguir viendo en vivo a las bandas pioneras del género. Y una presentación de Deep Purple es eso, la comprobación de que no hay nada mejor que ver las cosas bien hechas y por quienes fueron los primeros en hacerlas.

Con cuarenta años de trayectoria sobre sus espaldas, la legendaria banda inglesa volvió al Luna Park (esta vez sin orquesta como en el 2000) con la excusa de seguir presentando su último trabajo de estudio, “Rapture of the Deep” (2005). Se sabe que el público argentino siente devoción por uno de los grupos que dio a conocer el llamado “hard rock” y esto quedó demostrado una vez más al ver el Palacio de los Deportes totalmente lleno.

“Pictures of home” fue el puntapié inicial de una noche que tuvo grandes momentos. La voz de Ian Gillan sigue sonando perfecta aún hoy y “Into the fire” fue una clara muestra de esto. El frontman no se cansó de alabar al público durante todo el show e incluso supo disculparse cuando un fan le alcanzó un dvd como regalo y él creyó que quería que se lo firmara. Obviamente esto provocó las risas y los aplausos de parte de todos los asistentes.

Si bien Ritchie Blackmore hace rato que ya no está en las filas de Purple, Steve Morse supo ocupar su lugar de manera admirable y los argentinos fueron testigos de esto cuando el violero tocó “Lost contact” e hizo llorar a su guitarra con un solo ultra sentimental. También se permitió divertirse al encarar un medley que incluyó algo de Led-Zeppelin, The Kinks y Guns and Roses. Sin dudas, fue una manera más que interesante de dividir el concierto en dos partes sin necesidad de que los protagonistas se retiren del escenario.

A continuación, “Lazy” y “Perfect Strangers” siguieron desatando la algarabía, con un gran solo de teclados por parte de Don Airey en el medio, hasta llegar al inoxidable “Highway star”. A partir de ahí, ya todos sabían que el show iba llegando a su fin pero también eran concientes de que lo que iban a escuchar era parte de un repertorio que marcó a varias generaciones. ¿O se puede llegar a encontrar a alguien que no conozca el riff de “Smoke on the water”?

El primer bis llegó con “Hush” y un solo de batería por parte del único integrante original de la banda, Ian Paice, quien castigó duro a los parches. Seguidamente, otro histórico del grupo, el bajista Roger Glover, dio muestras de su capacidad con los graves y lentamente se fue introduciendo en el tema final: “Black Night”. Ahora sí, la fiesta era completa.

Luego del concierto del Luna Park, Argentina ya puede decir que cuenta con una banda más que le es propia: Deep Purple. Como los Ramones o Megadeth, los ingleses entraron en el corazón de los argentinos y la banda respondió tanto amor de la mejor manera posible, brindando un show impresionante y rockeando como nunca.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotógrafo: Beto Landoni

Divididos - El Teatro Flores (01-03-08)

Pure Volume Punto Com

Divididos llenó nuevamente El Teatro de Flores y ofreció un gran concierto con la potencia que los caracteriza y hasta les dejó un regalito a sus fans.

No hay nada nuevo que se pueda decir de Divididos. Que son la aplanadora del rock, ya se sabe; que Diego Arnedo es el mejor bajista, también se sabe; que Ricardo Mollo es un violero increíble, es cierto y que Catriel Ciavarella tiene una fuerza envidiable, es otra gran verdad. Entonces, ¿cómo escribir una nota sin aportar nada nuevo? Es casi imposible por lo que sólo queda describir lo que pasó y cerrar los ojos para volver a disfrutar el momento vivido.

En su primera presentación del año en Capital (sin contar los íntimos de Febrero en La Trastienda), Divididos le dio al público mucho más de lo que venía ofreciendo en todos estos años sin tener disco en la calle. Es que si algo se le criticaba a la banda además de la ausencia de un nuevo trabajo, eso era la falta de sorpresas en la lista de temas. En el último tiempo el repertorio casi no variaba y uno encontraba el mismo show una y otra vez. Pero en esta ocasión, el asunto fue diferente y El Teatro de Flores tuvo otro color distinto al habitual.

El comienzo fue con “Alma de budín” seguido por “La ñapi de mamá” y al tercer tema ya se despacharon con uno viejito y muy querido: “Haciendo cosas raras”. El ambiente respiraba rock y sudor tanto abajo como arriba del escenario y si alguien todavía dudaba de quién es la aplanadora, el enganchado de “Qué tal” con “La rubia tarada” y “Azulejo” sirvió para poner las cosas en su lugar. Fueron como diez minutos de un torbellino sonoro que dejó a todo el público atónito.

Antes del clásico de Pescado Rabioso, “Despiértate nena”, Ricardo Mollo anunció una buena noticia para todos: “ahora sí nos vamos a poner las pilas y vamos a entrar a grabar el disco de una buena vez”. La ovación de los presentes dio a entender que la ansiedad por conocer algo nuevo por parte de la banda es inmensa. A su vez, como regalo el trío adelantó un tema completo de la futura placa que si bien no pierde el estilo del grupo, tiene algunos aires de cambio.

En esta ocasión no hubo segmento acústico aunque varios temas sonaron uno tras otro para bajar los decibeles. Así fueron pasando “15-5”, “Brillo triste de un canchero” (donde Mollo se lució con su voz), una eléctrica “Como un cuento” y la hermosa “Spaghetti del rock”. Claro que al rato se olvidaron de toda la ternura y volvieron a desplegar su inconfundible potencia con “Tanto anteojo”, “Paisano de Hurlingham”, “Elefantes en Europa” y “Paraguay”.

La mayor sorpresa de la noche fue la inclusión de “La mosca porteña”, un tema de su primer disco que hacía mucho que no sonaba en vivo y que fue muy festejada. “Casitas inundadas a votar” es otro de los que no se escuchan frecuentemente y también fue bien recibida por el público. Obviamente no podían faltar canciones de Sumo y con “La Mula plateada” y “Nextweek” cumplieron con creces.

Diego Arnedo se lució como siempre en “Ala delta” y volvió a confirmar que además de ser el mejor bajista argentino de rock es un gran animador ya que charló y se divirtió con la gente durante toda la noche. Por su lado, Catriel Ciavarella no paró un minuto de castigar a los parches y tuvo “su” momento durante “Zombie” con un solo demoledor que sirvió para enganchar el tema con un pedacito de “Whole lotta love” de Zeppelín. El final fue con “Basta fuerte” y una eterna zapada entre los encargados de la base mientras Mollo bajaba al vallado para repartir las púa.

El show de Divididos en El Teatro de Flores volvió a recordar las mejores épocas de la banda y dejó a todos con la sensación de que lo que está por venir será aún mejor. Es que si cumplen con lo prometido, la banda volverá al ruedo recién con un disco bajo el brazo y eso es algo que se espera desde hace seis años. Mientras tanto y como para que nadie se angustie, la aplanadora regaló su mejor concierto en años.

Christian Alliana para www.elbondi.com

Fotógrafo: Beto Landoni

My Chemical Romance - Estadio Ferrocarril Oeste (22-02-08)

Histeria Química

My Chemical Romance tocó por primera vez en Argentina y miles de adolescentes desbordaron de alegría ante la banda estadounidense.

Durante todo el viernes la ciudad de Buenos Aires se vio cercada por un cielo gris y la lluvia se hizo presente con gran intensidad. Sin dudas este panorama sombrío pareció caer como anillo al dedo para el debut en nuestro país de My Chemical Romance, una de las bandas más nombradas de esta década.

Los encargados de amenizar la espera fueron Vados e Infierno 18. Éstos últimos actuaron bajo un gran temporal pero aún así por espacio de medio hora pudieron mostrar algo de su punk rock con tintes melódicos y ganarse varios aplausos de parte de los adolescentes que esperaban a MCR.

Pasadas las nueve y media de la noche, los estadounidenses pisaron el escenario del Estadio de Ferro y con una escenografía muy sobria con el nombre de la banda, comenzaron a presentar su último trabajo, “”The Black Parade” (2006). Desde el arranque, los gritos por parte de las chicas ante cada gesto o palabra del cantante Gerard Way fueron ensordecedores y el frontman respondía con intentos de hablar en castellano aunque recurría continuamente a pronunciar la palabra “mierda” o caía en la demagogia de hablar bien del país de turno.

A medida que fueron pasando los temas, el sonido se fue acomodando y los de New Yersey pudieron desplegar su potencia. El punk rock melódico y letras tristes fueron conformando la propuesta de My Chemical Romance durante toda la noche. Pasaron canciones como “Mama” (con un interesante trabajo de guitarras a contrapunto y un potente estribillo), “Welcome to the Black Parade” (con la gente cantando a capella) y “I don´t love you” (con un teclado inicial a lo Keane), todas del último trabajo, que conformaron el núcleo de la primera parte.

A diferencia del tour con el que recorrieron Europa y América del Norte, para sus paradas latinoamericanas los MCR no trajeron ni la puesta en escena que incluía elementos teatrales y pirotecnia ni tampoco presentaron el último disco en orden. Sin embargo, poco de esto les importó a los adolescentes que se acercaron a Ferro, quienes se lamentaron más por la ausencia del guitarrista Frank Iero que por la propuesta visual. A su vez, varios fans también la pasaron mal cuando llegaron del otro lado del vallado como consecuencia del pogo y fueron maltratados por la gente de seguridad. Una actitud inexplicable que lamentablemente se repite cada tanto.

Para el final del concierto, quedaron temas acústicos como “Desert song”, el rocanrol “Teenagers”, que fue de los más festejados, y el hit “Helena” con el cual la banda se despidió de su público y dejó a muchos de sus fans llorando como toda la noche por la emoción de ver a su banda favorita.

Los carteles de publicidad anunciaron a My Chemical Romance como “La banda de tu generación”, un mote algo exagerado pero que a juzgar por lo vivido el viernes en Ferro, si bien no se puede decir que la banda represente a toda una generación, sí representa a ese sector adolescente que viste de negro y gusta de escuchar canciones con letras angustiantes. Y eso fue lo que ofreció la banda estadounidense en su primer paso por Argentina para dejar a todos felices.

Christian Alliana para www.elbondi.com

Festival Cosquin Rock Día 3 - Comuna San Roque (10-02-08)

Bichos De Montaña

En su último día, el Cosquín Rock entregó buenos conciertos y una multitud deliró con Los Piojos.

Transcurrida la tormenta del día sábado, el domingo se presentaba como una incógnita. Con un cielo amenazante que regaló una pequeña lluvia por la tarde, la última jornada del Cosquín Rock se vislumbraba como la más multitudinaria de las tres. Y así fue, ya que la presencia de Los Piojos acercó a treinta mil fanáticos hasta la Comuna de San Roque.

Sin embargo, el festival largó temprano con la presencia de El As en la manga y Lucila Cueva en el escenario Nitro. Por el mismo lugar, fueron pasando los cordobeses de La 66 y Blackout de Chile. Pero la mayor cantidad de gente se juntó para ver al carismático Miguel Botafogo regalando el más puro blues como en “El vecindario”. Con Viticus la cosa se puso un poco más rockera y la banda comandada por el legendario Vitico Bereciartua hizo delirar a todos con su onda sureña y clásicos de Riff como “En la ciudad del gran río”. A pesar de contar con tres violeros, ninguno de ellos se superpone y las seis cuerdas se van acoplando perfectamente junto a la pared rítmica que conforman Vitico en bajo y el nuevo baterista, Francisco Isola.

En el escenario temático el domingo fue el turno del reggae y hubo todo tipo de estilos. Pasaron grupos extranjeros Guachupe (Chile) y Mutante (Uruguay) junto a consagrados como Fidel Nadal y los cada vez más reconocidos Dancing Mood. Sin dudas, Hugo Lobo y compañía fueron de lo mejor del día y con un sonido potente brindaron clásicos del reggae y del ska. Resistencia Suburbana y Nonpalidece se encargaron de cerrar este escenario y la gran cantidad de gente que presenció los shows no hizo más que afirmar el gran crecimiento de este género en nuestro país.

A pesar del barro que había, el público se las ingenió para trasladarse de un lado al otro del inmenso predio y así fue que muchos vieron a la Agrupaxion Skabeche abrir el escenario principal y luego a los chilenos de Chancho en Piedra. Por su parte, Los Pericos dejaron contentos a todos con sus hits y Kapanga hizo delirar a unos cuantos con su rock cuartetero que ya es marca registrada en cualquier festival. Inmediatamente después, subió Pancho Chevez, un chico discapacitado que con su banda regaló un par de canciones y se dio el lujo de invitar a Germán Daffunchio en una de ellas.

Poco minutos después, llegó el turno de León Gieco y el santafesino desplegó en más de una hora todos sus clásicos como “Hombres de Hierro” (con las imágenes de su actuación en el Barrock de los 80´s), “El fantasma de Canterville” y “Pensar en nada”. También hubo lugar para la reflexión política cuando entonó “Yo soy Juan” y el recuerdo de los desaparecidos durante la última dictadura se hizo presente. Muy respetado por todos, el hombre de Cañada Rosquín se despidió ante una gran ovación.

Finalmente, los últimos en actuar fueron Los Piojos. Con el predio totalmente colmado, los de El Palomar dieron un gran show, como en sus mejores épocas, y desplegaron una puesta en escena única. Las pantallas de LED fueron las grandes protagonistas y la banda sonó muy ajustada. Durante dos horas, hubo lugar para los temas más conocidos como “Ruleta”, “Tan solo” y “El farolito”, así como para los más nuevos: la hermosa “Bicho de ciudad”, el reggae “Civilización” y, el mejor tema del último disco, “Difícil”.

Durante “Pistolas”, el Changuito Farias Gomez se lució en la percusión y el bajista Micky Rodríguez se adueñó del micrófono en “Fijate” y “Un Buen día”. Pero lo más sorprendente fueron los invitados de la noche: primero subió Vitico para hacer el clásico de Pappo, “El viejo” y luego fue el turno de los kapangueros Mono, Maffia y Maikel que se acoplaron a la murga de “Verano del `92”.

Portando una remera con la imagen de la Virgen de Guadalupe, Andrés Ciro hizo gala de todo su histrionismo y la gente lo aplaudió a rabiar. Finalizado el show de Los Piojos, muchos se quedaron a ver la proyección del filme “Luca” de Rodrigo Espina. Un gran documental que brilló por su emoción y sirvió para mantener vivo el recuerdo del cantante de Sumo.

Luego de tres días a puro rock, la Comuna de San Roque se despidió de su festival con un cielo plagado de estrellas y habiendo presenciado shows muy buenos. En líneas generales, todo salió bien aunque todavía quedan algunos puntos a mejorar como la iluminación y los caminos de acceso al predio así como también el lugar de trabajo de la prensa ya que en algunas ocasiones la carpa destinada a tal fin quedó muy chica. Esperemos que para el 2009, el Cosquín Rock logre tener el nivel europeo al que tanto aspira; mientras tanto sólo quedarán los recuerdos del viaje y el sonido de la música en medio de las montañas.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotógrafo: Beto Landoni

Festival Cosquin Rock Día 2 - Comuna San Roque (09-02-08)

Cantando Bajo La Lluvia

En su segundo día, el Cosquín Rock tuvo a todos pendientes del clima pero a pesar de esto hubo grandes shows como el que brindaron Las Pelotas.

No fue fácil pasar el día sábado en la Comuna de San Roque. Durante el día el calor golpeó a todo el público que deambulaba por los alrededores del predio, obligándolos a refrescarse con alguna de las bebidas que se ofrecían sobre la ruta en improvisados puestos y, ya sobre la noche, la impresionante tormenta que se desató ahuyentó a gran parte del público que desesperadamente buscó refugio en lo primero que encontró.

Sin embargo, a pesar de todas las adversidades climáticas el festival se llevó a cabo casi normalmente a no ser por los inevitables retrasos en los horarios de los shows. Desde las seis de la tarde, los punks tuvieron un escenario disponible para ver a las bandas del género más novatas así también como a las ya consagradas. Es que por el tablado más próximo a la montaña desfilaron Herederos (que se animaron a subir a un rapero), El Abuelo y Maltrato así como también Bulldog y Flema que continúa con su reunión. El cierre de este escenario estuvo a cargo de los más convocantes: Los violadores, Cadena Perpetua y 2 minutos. Fueron tres sets prolijos y que tuvieron a los de Valentín Alsina con su repertorio pasado por agua.

En el escenario Nitro no hubo tanta convocatoria pero, a pesar de esto, el rock and roll de Ravioles y el clasicismo de Vetamadre se hicieron escuchar. Viabba, Fulgura, 4 al hilo y Pampa Yakuza también pasearon su música por ahí. Fueron sólo seis bandas y cada una con su estilo se dio el gusto de participar en el festival más federal del país.

Por el lado del escenario principal la onda venía por el lado más rollinga o barrial, según la etiqueta que más le convenga a los medios de turno. Lo cierto es que el set de Ojos Locos y Pier parecía encajar perfectamente con esa denominación. Para colmo, cuando llegó el turno de Ratones Paranoicos, éstos descargaron su avalancha de hits como suelen hacer en estos acontecimientos. Así fue que sonaron “Rock del Pedazo”, “Estrella” y “Rock del Gato” (con Alejandro Sokol aportando su voz). No hubo mucha novedad en la lista de temas y lo más destacado se dio al poder observar la vuelta de Pablo Memi al bajo (y al contrabajo también) y en una frase que tiró el pomelístico Juanse ante su poca locuacidad: “disculpen pero hoy no estoy muy telefónico”. Obviamente, fue ovacionado por todos.

Los siguientes en subir fueron Las Pelotas que en casi dos horas dieron el mejor concierto de la jornada. Hubo temas de todas las épocas como “Escaleras”, “Tiempo de matar” y “Bombachitas rosas”. Germán Daffunchio se apoderó del micrófono en varias ocasiones y esto generó la impaciencia de Alejandro Sokol, que no ocultó su fastidio y hasta se cruzó por delante de Germán mientras éste cantaba “Dicen que la distancia”. Realmente una situación bastante rara que no hace más que acrecentar los rumores de alejamiento del hasta ahora primer frontman de la banda. Sin embargo, esto no opacó el buen recital que brindaron en tierra cordobesa donde son locales hace rato.

Cuando llegó el turno de Intoxicados, la lluvia que había comenzado lentamente a caer durante el show de Las Pelotas se hizo insostenible y la banda comandada por Pity, a pesar de estar “Pila Pila”, no pudo calmar el agua aunque trajo un poco de “Fuego” para cerrar su turno. Fue un set corto pero muy prolijo que contó con algunos recuerdos de Viejas Locas como “La Simpática Demonia” y “Perra”.

Para el final quedaron Los Gardelitos y un público más que fiel que, bajo la lluvia, festejó grandes temas como “Los querandíes” y “Máquinas viejas”. Lamentablemente, el clima no ayudó para que Eli Suarez y compañía pudieran ser escuchados por más asistentes.

La segunda jornada del Cosquín Rock estuvo pasada por agua pero estoicamente los grandes protagonistas de la fecha (Las Pelotas, Intoxicados y Los Gardelitos) le hicieron frente a la naturaleza e hicieron sonar su música a pesar de las adversidades.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotógrafo: Beto Landoni

Festival Cosquin Rock Día 1 - Comuna San Roque (08-02-08)

Un Paisaje Heterogeneo

La primera jornada del Cosquín Rock tuvo como principales figuras a Catupecu Machu, Attaque 77 y Almafuerte.

En la apertura del Cosquín Rock, el tiempo se hizo notar y como bienvenida regaló una fuerte lluvia para toda la gente que poco a poco iba arribando a la Comuna de San Roque. Camino al predio se veía a cientos de personas que por la ruta se dirigían rumbo a la gran fiesta veraniega del rock.

Los primeros en llegar tuvieron la oportunidad de ver a los misioneros de Japo y a los fueguinos de Adher que con su heavy metal abrieron el escenario temático. Ante un público aún escaso, ambas bandas pudieron mostrar su material y darse a conocer. Claro que más tarde sería el turno de los grupos más convocantes de la escena y tanto Tren Loco como O´Connor y Horcas hicieron que las remeras negras fueran poblando ese sector del predio. Pero el delirio general llegó con Almafuerte que, en un set bien potente, tocó temas de “Toro y Pampa” (2006) y clásicos como “Del más allá” y el apropiado “Convide rutero”. Para los que esperaban algún bomba de parte de Ricardo Iorio, esta vez tuvieron que quedarse con las ganas ya que el ex bajista se cansó de repetirse a sí mismo la frase “me tengo que portar bien, me dijeron que me tengo que portar bien”.

En el escenario Nitro, se mezclaron los eclécticos Ozomatli (llegados desde Los Ángeles, USA) y los mexicanos de Kinky con su pop rock. Por su parte, Dante Spinetta se despachó con su rap y hip hop incluyendo bailarinas en algunos temas y tocando algún que otro hit como “Abarajame”. Si hay algo que se puede destacar del ex Kuryaki es que musicalmente se encuentra en las antípodas de su padre y no busca aprovecharse de la condición de “hijo de”.

Por el lado del escenario más grande del festival, los que abrieron la jornada fueron los reunidos Todos tus muertos, seguidos por Carajo y el reggae de Los Cafres. Seguidamente, Café Tacuba hizo su presentación con algunos temas viejos como “Ingrata” y parte de su último álbum llamado “Sino”. Sin embargo, la primera gran explosión de la noche llegó con Catupecu Machu que, con una buena puesta en escena, descargó su clásica potencia con un gran trabajo de Macabre en los teclados y regalaron canciones pogueras como “Y lo que quiero”, “Dale” (con Cristian Aldana de El Otro Yo) junto a algunas más tranquilas como “Plan B” y “En los sueños”.

Luego de Catupecu, se subieron los uruguayos de La Vela Puerca que brindaron un show bastante tranquilo para lo que nos tienen acostumbrados y se centraron en su último disco “El Impulso”. Para el final, quedaron dos exponentes del punk: primero fue el turno de Attaque 77, quienes desplegaron una lista de temas bien festivalera que tuvo a “El cielo puede esperar”, “El jorobadito” y “Hay una bomba en el colegio” como las más festejadas. Claro que tampoco faltaron las radiales “Como un perro” y “Chance”, ambas en la voz de Mariano Martínez, para dejar conformes a todos.

Cerca de las dos de la mañana, llegó el turno de los californianos Suicidal Tendencies que mostraron su mezcla de hardcore punk con trash. Sin dudas, fue un cierre bien pesado que por un rato alteró la paz de las sierras cordobesas.

Con un buen show de Catupecu Machu y la fuerza característica de Almafuerte como principales baluartes, el día más heterogéneo del Cosquín Rock llegó a su fin. Todavía restaban dos jornadas más y el cuerpo pedía un merecido descanso.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotógrafo: Beto Landoni

Critica de Disco - Santo Remedio (Los Perez Garcia) (05-02-08)

Santo Remedio

Tercer trabajo de Los Perez García en donde continúan por la senda cancionera.

Luego de varios años de ausencia discográfica, la banda con nombre de apellidos compuestos vuelve al ruedo con “Santo Remedio” para seguir explorando su costado más cancionero en un material con un muy buen trabajo de producción.

A lo largo del disco también se pueden encontrar las otras facetas que distinguen a la banda como el reggae que oficia de apertura (“Al sol”) y los aires folklóricos en “A callejear”. Incluso se animan a explorar ritmos murgueros tal cual lo demuestra “Hablando solo” en donde la percusión adquiere una notoria importancia.

Pero sin dudas, el formato canción es el que les trae los mejores resultados a la banda de Aldo Bonzi. Ya sea por la manera de cantar de Beto Olguin como por el desenvolvimiento del resto del grupo, Los Pérez García rinden más cuando tienen una acústica sonando de fondo y las letras cuentan historias en donde se mezclan el dolor y la esperanza como en el caso de “Miro” y “Vamos”.

También aparece el amor como leit motiv de los temas y es ahí donde la pluma de Beto brilla más que nunca. “Diez vasos” es el relato de un hombre que sentado en un bar recuerda a la mujer que se fue y la guitarra eléctrica de Fede Esquivel hace aún más desgarrador el aire melancólico que se respira. “Por esta noche” es el llamado a disfrutar de un amor intenso aunque sea pasajero (“no sé si vamos a volver a estar juntos otra vez pero esta noche quisiera que se llene de alegría”).

Pero no todo es canción en el universo de Los Perez García ya que también se animan a otro reggae puro como “Velitas” y a “Un vals después de todo”, que está dentro de los mejores temas del disco en donde cada uno de los siete integrantes del grupo se ensambla a la perfección. Curiosamente “Contradicciones” por momentos parece parte del repertorio de la Vela Puerca ya que el trabajo de los vientos y el ritmo son similares al que los uruguayos nos tienen acostumbrados.

Como cierre aparece la versión de “Un buen día” del grupo español Los Planetas que musicalmente no se aleja demasiado de la original pero que tiene algunas adaptaciones en la letra (chequear eso de “Riquelme ha marcado un gol realmente increíble”).

“Santo Remedio” representa un muy buen trabajo de Los Pérez García que deja al oyente con esa sensación de que habitar en la ciudad puede ser algo duro pero que en el fondo siempre hay esperanzas. Por eso, es un disco ideal para escuchar en un balcón al atardecer mirando como el sol se oculta tras los grandes edificios.

Christian Alliana para www.elbondi.com

Miguel Botafogo - Costanera Sur (02-02-08)

Pro-Música

Miguel Botafogo y El Soldado se presentaron gratis en la Costanera Sur para el deleite de los porteños.

“Aires Buenos Aires, Cultura para respirar”, decía el cartel que anunciaba los shows de El Soldado y Miguel Botafogo en el Anfiteatro Griego de Costanera Sur y vaya que fue un vientito de aire fresco el que sopló el sábado en Puerto Madero. Es que, últimamente, el Gobierno porteño se está encargando de juntar, en una misma fecha, a artistas que difícilmente compartan cartel durante el año y eso está siendo muy bien aprovechado por la gente que se acerca a estos recitales.

Pocos minutos antes de las nueve de la noche, varios chicos y chicas con remeras ricoteras circulaban a todo paso por el Boulevard Rosario Peña Loza para ver una nueva presentación de El Soldado. En esta ocasión, la banda liderada por Cacho González, hizo un repaso de toda su carrera.

De esta manera pasaron temas que a esta altura ya son clásicos como “Trago especial”, el rocanrolazo “Ella lo trae aquí” y el himno “Ángel de los perdedores”. Con el transcurrir de los minutos, los músicos se fueron mostrando cada vez más sólidos hasta llegar al final con “Polvo y Blues”, en donde la banda se divirtió en una especie de jam que cautivó a los presentes.

Luego de la presentación de El Soldado, llegó el turno del ex Durazno de Gala, Miguel Botafogo Vilanova, quien salió al escenario solamente acompañado por su guitarra y se sentó cómodamente en el centro para empezar el show con “Desconfío”. Al ver sus dedos deslizándose por el diapasón como por arte de magia, la gente no hizo otra cosa más que aplaudirlo a rabiar, algo que se acrecentó cuando su dobro (una guitarra totalmente de metal) dio pie para el clásico de Pappo, “Blues para mi guitarra”.

Y si bien los bluseros se caracterizan por llevar siempre consigo una sensación de soledad, Botafogo no se iba a quedar sin compañía durante la noche por lo que fue llamando, uno a uno, a los integrantes de su banda. Así fue que desde las tablas que se escuchó el pedido de más “Blues en la radio”, un inédito que pide un poco más de difusión para un género casi olvidado por las principales transmisoras.

A lo largo de todo el show, Don Vilanova entregó algunas composiciones que estarán en su próximo álbum como “Radiador” (que fue denominado así gracias a Pappo) y “El vecindario” que tiene una letra casi humorística y que permitió que cada uno de los músicos se luciera.

Párrafo aparte merece la baterista Silvana Colagiovani (baterista de Decenadores) quien cada día toca mejor y le pega a los parches con una justeza admirable.

Ya sobre el final del concierto, apareció el recuerdo de John Lennon gracias a una preciosa adaptación blusera de “Imagine”. Y como no podía ser de otra manera, el eterno homenaje a Norberto Napolitano llegó nuevamente con “Desconfío” (ahora en versión grupal) y la muy festejada “Blues local”, con la que el público coreó por El Carpo y agradeció al ex Durazno de Gala por tanto talento.

Pese al cambio de gobierno los recitales gratuitos de verano siguen siendo una gran idea y una buena oportunidad para aquellos que no pueden pagar una entrada durante el año. Si bien estos eventos se han reducido notablemente en comparación a la gestión anterior, es importante que estos shows sigan adelante. Después de haber visto a Miguel Botafogo y El Soldado, la gente seguramente reclamará para que el programa continúe.

Christian Alliana para www.elbondi.com
Fotógrafo: Beto Landoni