Simple Rocanrol
La autodenominada “Banda de los barrios” desembarcó otra vez en el ex Estadio Obras e hizo lo que saben hacer: rocanrol stone. Y no se puede discutir nada al respecto porque quien va a ver a este tipo de grupos sabe lo que se va a encontrar. La música no es muy elaborada y las letras son directas y llanas. Pero si el mismo líder de la banda se muestra orgulloso de hacer “rock de tres tonos” y lo declara así a la prensa, es evidente que el público que los sigue está dispuesto a eso. No hay mentiras en el discurso de Jóvenes Pordioseros. En el escenario son lo que dicen, está en los demás aceptarlo o no.
Lo cierto es que el barrio de Nuñez tuvo el pasado sábado mucho rocanrol a cargo de la banda de Villa Lugano. A las nueve de la noche el conjunto apareció con “La banda que no duerme” seguida por “Quiero más” e “Hijo del Oeste”. Un tema ideal para que el cantante Toti Iglesias lea y agradezca las numerosas banderas que poblaban el estadio.
En esta ocasión, el lugar no estaba lleno, ni mucho menos. Sólo una popular estaba habilitada y tanto el campo como la platea mostraban varios claros. Quizás haya sido eso lo que motivó aún más a la banda, a que luego del sexto tema se deshiciera de la lista programada y se despachase simplemente con lo que tenían ganas de tocar en ese momento.
“¿Qué se siente estar tan sola?”, “Alta gata”, “Estatua”, “Nunca pude estar solo” y “Cuando me muera”, desfilaron casi sin respiro. A su vez, comenzaron a subir los amigos: Sarco de Rockas Viejas aportó su viola en “No la quiero dejar”, Manu de La Mancha de Rolando subió en “Bailando” y Fachi (Motor Loco) sumó su voz en “105 y 3” y “Te la regalo”.
Un buen momento se vivió cuando se lanzaron con un mini popurrí de temas nacionales que comenzó con “Intoxicado” (Viejas Locas), “El centauro” (Ratones Paranoicos) y “Espadas y serpientes” (A77aque). En esta sección los Jóvenes dejaron ver sus claras influencias las cuales quedaron más remarcadas con dos covers de los Stones: Honky tonk women y Satisfaction.
A lo largo de varios temas se sumaron vientos invitados a cargo de Peter (saxo), Marcos (saxo), Ale (trompeta) y el teclado de Gabriel que se lució en los temas más lentos como “Nunca me enseñaste”. La joven Martu, de Madison, aportó su feminidad para cantar “Balada pordiosera” y se fue realmente muy aplaudida.
Poniéndole el pecho a la situación, Toti habló de la mediana convocatoria y rescató que mientras haya uno que los quiera escuchar, ellos estarán en el escenario. De esta manera aclaró por qué la banda no decidió suspender la fecha y reprogramarla para un lugar más chico como El Teatro. Obviamente el líder pordiosero se llevó todos los aplausos del público que lo ovacionó de manera leal.
En la recta final se sucedieron clásicos como “Funeral”, “Hombre rocanrol”, “Maldito San Telmo” y “Dosis”. El trío integrado por Chori (batería), Sikus (bajo) y un inspiradísimo Pedi (guitarra) le sirvió de muy buen sustento a Toti para que desplegara todo su histrionismo y verborrea. Por momentos más cercano a un cantante de cumbia villera (¿alguien contó cuantas veces dijo “gracias, amigo”?), el frontman tuvo tiempo para bailar, arengar y trepar por los caños del escenario.
Vale decir que, salvo algunos inconvenientes en el comienzo, la banda sonó muy bien y que indudablemente el rock stone es el terreno donde mejor se mueven. Por ahora, y con el correr de los discos, no se nota que viren su rumbo a nuevos horizontes sonoros. Habrá que esperar el paso del tiempo para saber si seguirán en esta senda o buscarán expandir su espectro musical.
Christian Alliana para www.elbondi.com
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