Encarar un proyecto solista en nuestro país, no es lo más sencillo que se puede hacer y mucho menos si ese proyecto tiene como prioridad las canciones románticas. Lo cierto es que Maxi Pardo se anima en su primer disco a desandar ese camino aunque el resultado final es bastante desparejo.
El álbum empieza con el tema que le da nombre, “Pétalo negro”, con la voz bien al frente y la guitarra acústica como acompañamiento. Inmediatamente se le pega “Roba” que se podría considerar lo más rockero del disco gracias a la buena intervención de la armónica de Mariano Cabrera. Pero a no entusiasmarse demasiado, ya que esa canción no iría más allá del ranking de Radio Disney o de la 100.
A medida que pasan los temas, no se evidencian grandes cambios entre uno y otro sino que, por el contrario, la voz y la guitarra acústica predominan sobre cualquier sonido. Sí existen pequeños matices como el slide en “Agonía” y la interesante incorporación de la percusión en “Misterioso lamento”, pero no mucho más que eso.
Las letras son bien personales, generalmente en primera persona, como en “Hoy” y se vuelven monotemáticas pues no se despegan de lo romántico. Pueden pasar de la búsqueda y el recuerdo por un amor que se fue (“¿Dónde estás amor?”) a las propuestas lujuriosas de “Esta noche”.
Después de menos de media hora de naufragar lentamente, Maxi Pardo se redime con el cover de los Guns and Roses, “November Rain”. Por primera y única vez en todo el disco aparecen el bajo y la batería para descomprimir un poco el sonido acústico y, ayudados por un buen solo de viola a cargo de Guillermo Cudmani (vocalista de Audire y productor de este proyecto), hacen que el cierre sea un poco más decoroso.
Pétalo Negro es un trabajo que queda trunco y que carece de innovación tornándose monótono, pero que cuenta con la ayuda de ser un disco debut. Quizás el próximo salga mejor.
Christian Alliana para www.elbondi.com
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