Rock de Santa Fe a Oriente
La banda que abrió la fría noche del viernes fue Siete Millas. Subidos al caballo del rock stone, los santafesinos dejaron ver sus fuertes influencias de la banda de Jagger y compañía y arrancaron el show con un cover de los Ratones Paranoicos. Inmediatamente llegó el “Buenas noches” del cantante Rafael Ahumada para luego dar paso a un tema propio, “Demasiado”, en el que la armónica endiablada del colorado Oscar “Luli” Gauna se apoderó de la escena. “Refugio” y “Llega la noche” fueron las siguientes y sirvieron para mostrar un poco de su primer disco llamado Después de todo (2006).
A su vez, la ocasión fue aprovechada para presentar temas nuevos como “Algunas cosas demás” (con un riff pegadizo) y el rock más pesado de “La seguimos”, aunque también hubo lugar para un excelente cover de “Trouble no more” similar al que grabó Pappo en su último disco Buscando un amor (2003). Para el final quedó el himno de la banda, “El rock and roll me está matando”, y una extensa versión de “El pibe de Sargento”, en el que Rafa presentó al resto de los músicos. Así fue como Germán Prochetto (batería), Gustavo Filippo (bajo) y Matías Pallero (guitarra) se llevaron los aplausos del público junto al resto de la banda.
A través de nueve canciones, los de Santo Tomé pasearon su rock stone, sin grandes novedades musicales, pero con un buen sonido y fueron bien recibidos por la gente que se encontraba en Unione.
Luego de Siete Millas, llegó el turno de Shanghai. Al grito de “rockero que estás rockero”, los de Avellaneda arrancaron su set con el rock crudo que caracteriza a la banda. Para el segundo tema, “Pasión de multitudes”, se sumaron los vientos y le dieron un poco más de fuerza a esa canción que tranquilamente podría servir de cortina para cualquier programa de TyC Sports.
A continuación sonó “Buenas noches” en una versión diferente a la que grabaron hace dos años en la que el “Pollo” Añón se lució en un solo de viola bien poderoso mientras el histriónico Toti Ghirardi bailaba por todo el escenario. Para bajar un poco los decibeles, la que siguió fue “Extraño vicio”, una balada muy linda que le permitió al tecladista Maximiliano Piscione demostrar todo lo que sabe.
El rock bailable de “De cara al sol” y la pesadita “Dale-dale” fueron el paso previo a “Vamos las bandas”, en homenaje a Patricio Rey. Resultó raro que ante la pregunta del cantante sobre si “¿hay ricoteros en la sala?” casi nadie haya levantado la mano. Teniendo en cuenta que existen pocos lugares en donde Los Redondos no sean el emblema del rock nacional, fue curioso que casi nadie gritara desaforado por el grupo del Indio Solari y compañía.
Sin embargo, el recital continuó su curso con “Sed de revancha”, en la que Shanghai descargó su potencia antes de otro cover: “Un trago para ver mejor”, de La Mississippi. Aquí el público se despertó y, acompañados por la base de Juan Manuel Nieto (batería) y Sergio Varela (bajo), sumó sus voces en el famoso estribillo. Ahora sí, con la gente bien caliente, los de Avellaneda aprovecharon el impulso y finalizaron su recital con “Mala suerte” llevándose numerosos aplausos.
Una noche a puro rock fue la que se vivió el pasado viernes. El sonido stone de Siete Millas y la crudeza de Shanghai fueron los encargados de musicalizar la asociación italiana Unione e Benevolenza. Cada uno a su manera entretuvo al público y logró que éste no se arrepintiera de haberse acercado al lugar a pesar del intenso frío.
Christian Alliana para www.elbondi.com
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