La primera banda en sonar fue 202. Arrancaron el show con todo, bien pesados, con "Furia" a la cabeza y siguieron en la misma senda con "El centro de los dos" y su puente medio melódico.
Las canciones más tranquilas se hicieron presentes aunque en plan totalmente eléctrico de la mano de "Te daré lo que soy" donde se lucieron los perfectos coros del guitarrista Osko para luego engancharse a "Sobre Vientos".
Pasada la pseudo calma, "Fin del letargo" trajo nuevamente la furia con los acordes de 5ta marcados bien a fondo y un final con acople incluido. Si todavía quedaba alguien que los tratara de blandos, Rha presentó "un tema bien pesado". Y efectivamente, no mentía, porque "Ignorando" sonó con una intro a lo Sepultura y un final rápido con una tremenda potencia.
En "Partículas", el teclado se escuchó por primera vez de manera clara y adquirió una verdadera importancia al disparar bellos sonidos. La gente, que venía bastante calma, se encendió en "Desaparecedor" y acompañó el tema con sus voces.
La bata a full sentenció el final "Provocador" con el que los ex Santos Inocentes se despidieron luego de más de media hora de show. Ahí nomás llegó el turno de una de las bandas más prometedoras del Nü Metal.
Claro que no se puede hablar de promesas en un grupo cuyos integrantes no son adolescentes y ya han recorrido durante años el under. Era mucha la expectativa para ver nuevamente a Martín Carrizo sentado en la batería de una banda. Así las cosas, T.O.C salió a escena para su segunda presentación en vivo. El telón se corrió y Javier Gomez saludó con un tímido "Buenas noches" para arrancar el show con "Don´t let". El bajo de Guille Baygorria sonaba brilloso y golpeaba en el pecho del público.
El Trastorno Obsesivo Compulsivo, enfermedad de la cual la banda tomó el nombre, es una patología caracterizada por presentar pensamientos o rituales de ansiedad que la persona siente que no puede controlar. Quizás en esta banda, la gran obsesión incontrolable sea el volumen. Así, los sonidos hardcore y grunge, que también caracterizan a T.O.C, sonaron como una verdadera aplanadora.
Sin dar respiro, sonó "Fashion" y la banda demostró todo su potencial. En "Sudaka", la bata y el bajo tuvieron "su" momento en el medio del tema y la química entre los encargados de la base rítmica fue perfecta. Si esto todavía era poco, al sonar "Something" la estructura de El Teatrito tembló durante todo el tema.
El público seguía el show apaciblemente. Sin dudas, el ida y vuelta entre la banda y la gente se hizo difícil ya que los temas eran cantados en inglés. Para colmo, el cantante se mostró muy tímido y contenido en el escenario. Sin embargo, a pesar de esto, los presentes aplaudieron a rabiar.
El doble pedal de Martín dio comienzó a "New man" y la guitarra de Matías Soria desplegó su arsenal eléctrico. "Píldoras" dejó a todos anarcotizados antes de la balada "Message" que, como no podía ser de otra manera, sonó super power.
Para el final quedó "Preacher" donde la banda descargó toda la potencia que le quedaba y dejó una brisa sonora flotando en el aire. La gente agradeció con aplausos y una vez terminado el show pudo volver a sentir la calma del silencio.
T.O.C demostró ser más que la banda de Martín Carrizo. A base de un sonido atronador y de mucho power, el cuarteto se perfila como una gran banda para los amantes del Nü Metal. Habrá que ver si esto les alcanza para abrirse al gran público o sólo los confinará a las tribus metaleras.
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